La tesis de una conspiración política contra el exdirector del Fondo Monetario Internacional, Strauss-Kahn, vuelve a cobrar fuerza tras la decisión de la Fiscalía de Nueva York de pedir al Juez la retirada de los cargos por presunta agresión sexual contra una camarera de hotel formulados en su contra y que motivaron la aparatosa y publicitada detención del economista francés cuando se disponía a emprender vuelo desde el aeropuerto neoyorkino al término de una estancia en la 'Gran Manzana'.
Así lo ha hecho un juez de nueva York hoy martes, con lo que, a falta de que se resuelva un recurso de la Defensa, con prácticamente ninguna posibilidad de ser estimado, Kahn quedará definitivamente exonerado y en libertad.
El gran público se pregunta ahora nuevamente qué oscuros intereses pudieron mover la trama que llevó a la dimisión del gerente del FMI, sustituido por otra ciudadana francesa que, por cierto, también está siendo blanco de acusaciones, en este caso de corrupción financiera. ¿Están tras estas maniobras intereses políticos, que en el caso de Strauss-Kahn pusieron 'hors de combat' al principal rival del presidente Sarkozy en las eleciones que se avecinan?
Estos y otros interrogantes darán que hablar durante los próximos días, semanas y meses y acabarán, seguramente, dando origen a una novela o una película. Pero la interrogante con mayúsculas ahora es ¿quién devuelve su honor al falsamente acusado?