El Real Oviedo cayó (3-2) ante el Leganés en Butarque en un partido en el que remontó dos goles y gozó de ocasiones para lograr un resultado positivo *Oscar Martínez y Azcárate, éste en propia puerta, anotaron para los de Pacheta
C.D. Leganés, 3; Real Oviedo, 2
ALINEACIONES:
C.D. Leganés: Falcón; Llamas, Mario, Azcárate, Alcantara; Iván Díez, De Lerma; Chupe (Tonino, minuto 69), Víctor (Bayón, minuto 87), Vicente; y Aridane (Rida, minuto 80).
Real Oviedo: Lledó; Juanpa, Jorge Rodríguez, Owona (Negredo, minuto 46), Candela; Xavi Moré, Aitor Sanz, Pascual, Nano; Martins (Manu Busto, minuto 62) y Oscar Martínez (Rubiato, minuto 77).
ÁRBITRO:
Hermosilla Alaña, perteneciente al Comité Riojano. Amonestó a los oviedistas Juanpa y Owona.
GOLES:
1-0, minuto 18. Víctor, de penalti
2-0, minuto 21. Víctor, tras asistencia desde la banda izquierda
2-1, minuto 27. Oscar Martínez, tras rechace del guardameta local a disparo de Nano
2-2, minuto 69. Azcárate, en propia puerta
3-2, minuto 70. Víctor eleva el balón ante la salida de Lledó
INCIDENCIAS:
Encuentro correspondiente a la primera jornada del campeonato de Liga de Segunda B, disputado en el estadio municipal de Butarque ante cerca de 4.000 espectadores. Tarde calurosa y lluviosa, con viento por momentos. Presencia de seguidores azules en las gradas. El Real Oviedo vistió totalmente de color naranja por coincidencia de colores con el conjunto local. Los ex oviedistas Joyce Moreno y Javi Barral siguieron el partido desde la grada. Se guardó un minuto de silencio en memoria de un socio del Leganés fallecido recientemente.
No pudo ser. El Real Oviedo perdió (3-2) ante el Club Deportivo Leganés y continúa sin sumar una victoria en su estreno liguero por quinta temporada consecutiva en la categoría. Los de Pacheta lo intentaron de todas las maneras posibles e incluso arreglaron un irregular inicio de partido, donde encajaron dos goles en apenas cuatro minutos, al lograr la igualada cuando restaban 21 minutos para la conclusión del encuentro. Pero la calidad técnica del veterano delantero local Víctor, autor de los tres goles pepineros, fue clave para que el triunfo se quedase en el campo de Butarque. Los oviedistas fueron fieles a su estilo de juego y presionaron en campo contrario, algo que les valió para llegar con mucho peligro al área local, pero también para correr muchos riesgos con balones en profundidad a las espaldas de los defensores.
El técnico Pacheta presentó un once titular en el que había seis jugadores que este verano se incorporaron a la primera plantilla. El portero Lledó; los defensas Juanpa, Owona y Candela, y los delanteros Martins y Oscar Martínez fueron las caras nuevas de un equipo en el que el centro del campo volvió a ser el utilizado por el burgalés en el tramo final de competición.
La vida no sigue igual. El Real Oviedo de Pacheta tiene las ideas claras. El hecho de mantener a gran parte del bloque de la pasada temporada ayuda a que el estilo de juego esté claro, pero el inicio del partido no fue el esperado. Se puede catalogar como dubitativo. El equipo presionaba arriba, tratando de asfixiar al rival, pero sufría en demasía ante unos jugadores pepineros que trataron siempre de jugar el balón y buscaban los huecos de la retaguardia adelantada. En resumidas cuentas, los azules, hoy de naranjas, no se mostraban excesivamente cómodos en el terreno de juego y no eran el mismo equipo que deslumbró en el tramo final de la pasada temporada y que logró 32 de 39 puntos posibles.
Los delanteros oviedistas presionaban arriba, los centrocampistas trataban de controlar la zona y los defensas achicaban espacios con el objetivo de robar en campo contrario, pero locales le dieron velocidad a su juego y crearon peligro en los balones interiores entre los centrales. El partido estaba loco, el juego era intenso y se observaba un ritmo muy superior a lo que se esperaba en un estreno liguero.
El riesgo de los de Pacheta se pudo comprobar en el minuto 17, cuando el defensa Owona derribó dentro del área al espigado Aridane. Es lo que tiene el uno contra uno. Se gana o se pierde. Normalmente suelen salir victoriosos, pero el prometedor zaguero, que debutaba en Liga, contactó con el rival y el árbitro decretó pena máxima.
El encargado de chutarlo fue el veterano delantero Víctor, que engañó a Lledó y puso el 1-0 en el electrónico. Fue el inicio de una buena actuación que redondeó con tres goles.
Sin apenas tiempo para que los aficionados celebrasen el primer tanto oficial del año en Butaque, el habilidoso ariete amplió la renta al aprovechar un centro de Vicente desde la banda izquierda en el minuto 20. En apenas 3 minutos, dos jugadas de ataque, los oviedistas veían como el partido se les ponía cuesta arriba.
Los de Pacheta apelaron a las cualidades que tan buenos resultados les dieron la pasada temporada y lograron darle la vuelta al marcador. La presión hizo que los centrocampistas robasen muchos balones en las inmediaciones del área, aprovechando, por ejemplo, Xavi moré dicha circunstancia para poner a prueba al guardameta Falcón. Candela también lo intentó desde lejos. El Real Oviedo ya daba sensación de peligro. Los aficionados carbayones comenzaban a creer en los suyos y estos les correspondieron subiendo el 2-1 al electrónico en el minuto 27. La jugada fue realmente compleja, aunque con final feliz. Aitor Sanz robó el esférico y asistió para Nano, que controló con el pecho y chutó cruzado con la derecha. Falcón no logró blocar y Oscar Martínez, muy atento a la jugada, envió al fondo de la portería.
En el último cuarto de hora hubo ocasiones para ambos equipos, aunque también jugadas para la polémica. En el primer apartado figuran dos aproximaciones de los visitantes, por medio de Oscar Martínez y de Xavi Moré, aunque sus golpeos se marcharon desviados. En el segundo capítulo se encuentra el defensa oviedista Owona, que hizo una dura entrada a Víctor en el centro del campo y el colegiado dejó seguir la jugada.
En el tiempo de descanso, el técnico Pacheta reordenó su equipo y dio entrada a Negredo en detrimento de Owona, que tenía una cartulina amarilla. Los carbayones le metieron un ritmo más alto desde el primer minuto de la reanudación y comenzaron a llegar con una mayor asiduidad. La presión se hacía efectiva y los locales vivían minutos de agobio que obligaban a Falcón a desviar con muchos apuros los intentos de Oscar Martínez y de Aitor Sanz.
El gol estaba cerca y llegó en el minuto 69 tras un desafortunado despeje del local Azcárate en el interior del área. Pero la jugada de Oscar Martínez, que regateó a varios marcadores dentro del área, bien se merecía ese premio.
La felicidad en el Real Oviedo duró unos segundos. Concretamente los que tardaron los locales en sacar de centro, conectar por el centro y asistir para Víctor, que elevó sobre la salida de Lledó.
Pacheta quería sacar algo positivo de Butarque y dio entrada a su tercer y último hombre. Rubiato sustituyó a un cansado y muy participativo Oscar Martínez. Antes ya había ingresado Manu Busto por Martins. Los dos delanteros estaban frescos y debían de aportar cosas. Y lo hicieron. El madrileño se fajó con los marcadores y peleó todos los balones, mientras que el cántabro dejó muestras de su calidad. Ambos disfrutaron de ocasiones de gol, pero sin el premio esperado. La última del partido fue para Xavi Moré, que aprovechó un balón suelto en la frontal del área para poner a prueba al guardameta local, pero el balón se marchó rozando el travesaño.
El empate hubiese sido un resultado justo e Butarque, donde ambos equipos dieron muestras de sus respectivas fortalezas y de sus respectivos estilos de juegos. Diferentes, sí, pero tremendamente exigentes. Al final no pudo ser y los pepineros se marcharon contentos de su estreno liguero en Butarque, mientras que los oviedistas no pudieron darle continuidad al “efecto Pacheta”. Y es que hay momentos de la temporada en los que la vida no sigue igual que antes ni las cosas salen como uno espera. Toca trabajar durante la semana para tratar de lograr el domingo los primeros tres puntos de la Liga. Ya esperamos al Toledo.
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