#Oliver #Díaz: De Segovia a Lima pasando por Asturias

#Oliver #Díaz: De Segovia a Lima pasando por Asturias

El asturiano Óliver Díaz empuña la batuta esta noche en el Teatro Nacional de Perú para dirigir el estreno de «La del Soto del Parral».

 

Redacción.- Tras el éxito conseguido a la batuta del «Gran Concierto Sinfónico Coral» que la pasada primavera rindió homenaje a la música clásica española en la capital limeña, el director español se pone hoy al frente de la zarzuela «La del Soto del Parral», uno de los títulos más emblemáticos del género grande con música de Reveriano Soutullo y Juan Vert.

Será, ciertamente, una noche histórica y especial porque promovida por la Asociación Cultural de Artes Musicales «Romanza», la obra ha sido elegida expresamente para inaugurar en el Gran Teatro Nacional, con funciones los días 11, 16 y 18 de este mes, la Temporada Internacional de Ópera y Zarzuela 2014 y porque es la primera vez que se representa en suelo peruano.

 

CARTEL HISPANO-AMERICANO

 

Con jugosa dramaturgia del reconocido director de escena Ignacio García, formado en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, el elenco artístico se nutre principalmente de artistas españoles y peruanos siguiendo un estudiado equilibrio de voces y medios.

Así, la soprano vallisoletana María Rodríguez (Aurora) y el barítono madrileño César San Martín (Germán) se codean en los principales papeles con el tenor Andrés Veramendi (Miguel), las sopranos Rosa Parodi (Catalina) y Orlenka Pflücker (Angelita), el tenor Wilson Hidalgo (Tío Sabino), el actor Emilio Montero Schwarz (Tio Prudencio) todos ellos limeños, convirtiéndose en el fiel de la balanza el chileno, y también tenor, Mauricio Miranda (Damián).

Ponen la música y la polifonía, el Coro y la Orquesta Sinfónica Ciudad de Lima

 

VERSIÓN ÍNTEGRA Y ORIGINAL

 

Óliver Díaz dará lectura musical a la primera partitura concebida por sus compositores, que incluía la romanza «Fuerza que me vence, en lucha traidora» en el acto segundo. El monólogo fue suprimido por los autores en el estreno absoluto que tuvo lugar en Madrid, el 26 de octubre de 1927, pero un año después se incluyó con idéntica melodía y, naturalmente, con distinta letra en la zarzuela «El último romántico», gozando desde entonces de gran popularidad ya bautizada como «Bella enamorada».

La razón del rechazo la aportaba el tenor Alejandro Roy, a propósito de la reposición de «La del Soto del Parral» ofrecida por el Teatro de la Zarzuela de Madrid en el año 2010, en la que intervino en el rol de Miguel e interpretó dicho fragmento para hacerle justicia al canto.

La romanza fue descartada porque el barítono de entonces, Emilio Sagi Barba, quién acabó siendo «el héroe de la noche», impidió que el tenor gozara de más intervenciones que él, por considerarlo una amenaza que le podría restar protagonismo, vino a decir el cantante nacido en Gijón, lugar de origen también del maestro Díaz.

 

CLAMOROSO TRIUNFO

 

Dejando aparte anécdotas, vetos y controversias, ya que existen otros puntos de vista sobre el nacimiento y la autenticidad de la refulgente romanza, los periódicos de la época destacaron el éxito «rotundo, completísimo» de «La del Soto del Parral» la noche de su primera representación en el Teatro La Latina, cuyo auditorio aclamó «a los músicos, a los libretistas, a los intérpretes», hasta el punto de tener que repetir la mayoría de los números de una perla valiosísima del «género grande».

Los días posteriores al estreno, los anuncios proclamaban que «se ha vuelto a la época gloriosa de nuestra españolísima zarzuela, que resurge plena de emoción, bella y de vigorosa alegría».

 

 

INSTRUMENTACIÓN RICA Y VARIADA

 

La música, llena de júbilo y colorido unas veces, con ritmos más sentimentales y melódicos otras, plena de encanto y elegancia siempre, nos regala momentos tan felices como las jotas «No hay en tierras de Segovia» o «Mujer que alientas mi corazón», la habanera «Ya mis horas felices», el dúo cómico «Que soy la más linda de todas las mozas», los corales «Contentos de la cosecha» y el archiconocido «Al fin de la faena»… «¿Dónde estarán nuestros mozos», el dúo de Aurora y Germán, sobre todo a partir de «Mi cariño verdadero», la ya comentada romanza de Miguel y el canto de Aurora «En la cumbre nace el agua».

Por no faltar, no falta ni un clarísimo guiño a Asturias, tierra natal de Óliver Díaz y natural motivo de satisfacción, en el concertante del acto segundo: «Tengo que subir al árbol, / para recoger las flores, /porque quiere mi morena / que la diga mis amores.».

 

PIEZA MAESTRA DE COSTUMBRISMO CASTELLANO

 

Con libreto de Luis Fernández de Sevilla y Anselmo Cuadrado Carreño, autores que se abrieron paso entre los mejores cultivadores del género, la obra se desarrolla en una finca segoviana del siglo XIX, conocida como El Soto.

Los personajes principales son Aurora y Germán, matrimonio de labradores a los que el dueño de la finca les dejó la tierra en usufructo antes de morir y Miguel, hijo del dueño.

Miguel está prometido con Ángela, una moza del pueblo con la que su padre había tenido amores que sólo conocía Germán, a quien se los reveló en su lecho de muerte y le obligó bajo juramento a no revelarlo jamás. Germán no ve con buenos ojos el noviazgo de Miguel con Ángela y trata por todos los medios de impedir esa boda, siempre sin revelar su secreto, una situación que produce recelos en Aurora, la mujer de Germán, que a consecuencia de una cita de éste con Ángela cree que su marido está enamorado de ella.

Por otra parte, Miguel cree que su amigo Germán le traiciona con su novia y entre todos existe una violenta tensión. Entonces, interviene en el drama el tío Prudencio, un viejo romancero, pintoresco tipo muy frecuente en los antiguos lares castellanos, que trata de sacar partido de la situación para componer una de sus historias. Así, se enreda a sí mismo con los personajes en una intriga que consiste en concertar una cita entre Germán y Ángela y advertir a Miguel del encuentro para que acuda a sorprenderlos

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