Esta mañana daba comienzo en O Grove la decimoséptima edición de ForoAcui. Inaugurada por el Alcalde de O Grove, Miguel Ángel Pérez García, este evento, que congrega a administración, sector, investigación y estudiantes, y cuya finalidad es la de analizar y debatir anualmente sobre los recursos marinos y la acuicultura, promoviendo y favoreciendo el contacto entre intervinientes y asistentes, tuvo a César Lodeiros, del CENAIM-ESPOL de Ecuador, como conferenciante inaugural y como paso previo a las intensas mesas de trabajo previstas para hoy: “Marisqueo y Pesca de Bajura”, “Acuicultura” y “Empresas y Recursos”.
César Lodeiros en su exposición hizo un extenso y ameno repaso de la historia perlera en América, desde la prehistoria a la apuesta por el cultivo actual pasando por la época del descubrimiento -con Colón a la cabeza-, haciendo referencia a las distintas crisis sufridas por los bancos naturales a causa de la sobreexplotación, especialmente en el caso de las ostras perleras en Venezuela.
En América y así lo señalaba Loderios hay cuatro especies productoras de perlas de muy buena calidad. Baja California, Panamá, Colombia y la propia Venezuela están avanzando de forma muy importante en su cultivo, destacando además el potencial de Brasil y Ecuador. Después de las perlas de Australia, por su calidad, destacan las la Polinesia y las de Baja California. De hecho, la Universidad de Baja California y el Centro de Investigaciones biológicas del Noreste (CIB) de Venezuela, y así lo señalaba el investigador del CENAIM-ESPOL, están colaborando en este ámbito y, de esta apuesta por el cultivo de ostras perleras, añadía, han ido surgiendo distintas empresas. Lodeiros expuso el proceso de cultivo, desde la colecta de semilla, la introducción de núcleos en el saco perlero y el injerto de tejido donador, hasta su vuelta al mar y cosecha. Destacaba, asimismo, las experiencias que se están realizando en el CIBA en cuanto a prototipos de cultivo, o las acciones en materia de recuperación de bancos naturales ejecutadas por el propio centro. El investigador venezolano hizo especial hincapié tanto el potencial de este cultivo como su importancia en materia de creación de riqueza y generación de empleo en las zonas costeras.
CONOCER EL POTENCIAL DE LAS ZONAS DE PRODUCCIÓN DE MARISQUEO REQUIERE UNA INVESTIGACIÓN MULTIDISCIPLINAR
Galicia es referente en España y Europa en producción de moluscos y también en la pesca artesanal costera, con miles de personas empleas y con una dimensión económica y social que nadie pone en duda en las zonas del litoral. Se lleva muchos hablando del potencial de las zonas de marisqueo gallegas, si bien es cierto que los datos reales hablan de que el molusco extraído y comercializado permanece más o menos estable. Precisamente, acerca de la producción en las zonas de marisqueo y los factores naturales que les afectan, habló Alberto de Coo, investigador del CIMA, quien aclaraba que teniendo en cuenta la actividad humana creciente que se desarrolla en las zonas litorales “es enormemente difícil hablar de factores naturales puros”, ya que hay factores naturales muy influenciados por esa actividad humana como pueden ser las fuentes de vertido, el cambio en las estructuras costeras, el cambio climático, etc. Dicho esto, Alberto de Coo enumeraba cuáles son los factores más determinantes en cuanto al potencial productivo: parámetros climáticos y oceanográficos; condiciones sedimentológicas; los ciclos de las especies; y los fenómenos de competencia, depredación, mareas tóxicas y patologías. Y que estos factores son los causantes de las diferencias en cuanto a áreas biogeográficas, crecimiento de cada especies, capacidad de carga o mortalidad anual. Dicho lo cual “es muy difícil prever la producción natural cada año y cada zona debido a la gran variabilidad de condiciones”.
En cuanto a las especies Alberto de Coo recordaba que buena parte de las que se explotan en los bancos marisqueros son especies “estratega R”, esto es, con una reproducción fortísima, maduración rápida, crecimiento también muy rápido, etc. y, añadía, “aunque muera gran parte de esa producción, siempre queda un remanente para reproducirse”, con lo que, subrayaba, “la estrategia de extracción no puede ser una estrategia clásica sino que ha de adaptarse a estas condiciones particulares”.
La producción natural, insistía el investigador del CIMA, se ve influenciada por los factores naturales, la actividad humana y la actividad extractiva. En cuanto a la actividad extractiva, se considera que -dados los estudios realizados hasta el momento, escasos por otro lado-, tiene poco peso sobre la producción disponible. A mayores, y a entender de De Coo, la actividad depredadora, dentro de los factores naturales, sí tiene mucho peso sobre la producción disponible; “un aspecto poco evaluado hasta el momento y con pocas acciones ejecutadas en los bancos marisqueros, aunque ganando protagonismo”.
Alberto de Coo hacía también un llamamiento, y es que, señalaba, “si lo que se pretende es tener un conocimiento más preciso sobre la producción disponible en las zonas marisqueras se hacen necesarios datos multifactoriales y equipos multidisciplinares estables que tengan en cuenta los importantes efectos naturales mencionados, pero también los impactos de la actividad humana y en función de ello, determinar una explotación sostenible y eficiente en base a las características de las especies, especialmente si estamos hablando de “estrategas R”.
SOSTENIBILIDAD Y RESPONSABILIDAD EN LA PESCA
Junto a Alberto de Coo, en la Mesa de ‘Marisqueo y pesca de bajura’ participaron el investigador José Manuel Parada, de ‘O Canto da Balea’ y Juan Manuel Gómez, de la Fundación Lonxanet. Ambos ponentes abogaron no sólo por la sostenibilidad de la pesca de bajura sino ir más allá, ir hacia una pesca sostenible y, además, responsable: “de nada nos vale pescar de forma sostenible cuando vendemos fuera de los canales legales”. Además de ser sostenibles, continuaba, “debemos ser responsables haciendo buen uso de los recursos, fijando población a la costa y abogando por la justicia social”. En este sentido indicaba también el investigador que el papel de la información al consumidor por parte de los pescadores hace de la pesca sostenible una pesca responsable y que si los consumidores están informados sobre esa responsabilidad usará su influencia en el mercado. Para ello, el sector dispone de distintas herramientas: etiquetado, certificaciones, campañas institucionales, redes sociales analógicas digitales o proveedores, etc. todas válidas para ofrecer esa información sobre la pesca responsable a un consumidor cada vez más concienciado.
La cogestión es también un pilar básico en todo este proceso. Y sobre ella hizo especial hincapié el representante de Lonxanet. “La ecogestión pesquera entendida, explicaba Juan Manuel Gómez, por un sistema de participación activa -donde todos los pescadores tengan voz y voto-; comunicación; transparencia; responsabilidad e igualdad para todas las partes (investigación, administración y sector)”. Y como caso práctico puso el ejemplo de una de las iniciativas en las que está colaborando Lonxanet y que está obteniendo buenos y esperanzadores resultados: la Reserva Pesquera de Os Miñarzos, “una zona gestionada por los propios pescadores, donde todos son sabedores de las normas y todos deciden en coordinación y en base a un órgano de gestión -en colaboración con la administración y los investigadores- el plan de gestión a poner en marcha”.
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