Ignacio Sánchez-Vicente
Mientras las fuerzas del movimiento popular libio avanzan cada vez más rápido hacia la capital de Libia, aunque por el momento se reagrupan tras tomar el estratégico enclave de Brega y posteriormente el de Zawiya mientras preparan una nueva ofensiva, aumentan las filtraciones relativas a un abandono del país por parte del dictador Gadafi y su familia cercana.
El desmoronamiento del régimen es evidente. Hace unos días, uno de los primeros responsables de la seguridad del sátrapa se pasó al bando rebelde, mientras que hace unas horas se ha confirmado que el ministro del Petróleo, aprovechando su viaje a la reciente reunión de la OPEC recaló en Túnez a su vuelta y pidió asilo a las autoridades abandonando el barco gadafista. Omran Abukraa es el segundo ministro de esta estratégica cartera que abandona al sátrapa y cabe suponer que dado lo valioso de la información que maneja tendrá fácil negociar un acuerdo ventajoso de protección y 'recolocación' con alguno de los países de la coalición, comenzando por EEUU.
Por otra parte, aunque Quadaffi concentra sus tropas de élite en la capital, Trípoli, lo cierto es que el avance cada vez más rápido de las fuerzas revolucionarias se debe, en parte, a un continuo goteo de de soldados y oficiales que cambian de bando, y por otro a que una progresiva desmoralización entre el ejército regular le resta efectividad, lo que sumado a los continuos ataques de la OTAN a depósitos de municiones, enclaves de comunicación, escuadras de carros de combate y lanzaderas de misiles o cohetería, comienza a facilitar el avance popular.
Los voceros de Quadaffi negaron este sábado que su dirigente esrtuviese considerando abandonar el país, pero insistentes rumores diplomáticos hablan de su pronta escapada a Túnez, además de que tanto fuentes del Pentágono como de la coalición aliada que desarolla la operación Protector hablan de 'días' para la caída del régimen.
FOTO: NATO