Una investigación traza el perfil psicosocial de los adolescentes con graves problemas de comportamiento
· El trabajo analiza casos de jóvenes en grave de riesgo de abandono escolar que han tomado parte en programas específicos para volver a integrarse en los centros educativos
· El estudio de la Universidad de Oviedo establece los rasgos generales y los trastornos más habituales que padecen este grupo de entre 13 y 16 años
Un estudio elaborado en la Universidad de Oviedo traza el perfil del adolescente con graves problemas de comportamiento. La tesis doctoral de José Manuel Orrego Álvarez, distinguida con la calificación de cum laude dirigida por los profesores Mercedes Paino Piñeiro y Eduardo Fonseca Pedreiro, describe los rasgos que caracterizan a estos jóvenes que han agotado las medidas ordinarias en sus centros educativos y se encuentran, oficialmente, en una situación de grave riesgo de abandono escolar.
El trabajo de Orrego Álvarez, Perfil psicosocial y modelo de intervención en adolescentes con problemas graves de comportamiento, ha evaluado los casos de alrededor de medio centenar de estos adolescentes de entre 13 y 16 años, que desde hace casi una década ha pasado por el llamado programa Trampolín, que interviene con los chavales para lograr una habituación al contexto escolar que permita una mejor integración en los centros.
“Se trata de jóvenes con graves problemas de convivencia con sus familias y en los centros escolares”, explica Orrego. El análisis de los diferentes casos evaluados arroja rasgos generales que permiten trazar un perfil. Existe una marcada preponderancia de los varones sobre las mujeres en este tipo de adolescentes. Son jóvenes que sufren habitualmente una tendencia clara a romper las normas y presentan unos rasgos psicopatológicos concretos. Su perfil muestra además problemas de baja autoestima y de búsqueda de atención. Un alto porcentaje de ellos proceden de hogares desestructurados y con problemas de diversa naturaleza relacionados en algunos casos con prácticas parentales inadecuadas o situaciones sociales límite.
El estudio arroja datos de toda índole sobre este colectivo de adolescentes, Así, el coste económico de estos estudiantes triplicaría el de un alumno normal y se podría estimar estimar en unos 20.000 euros por curso, teniendo en cuenta los gastos directos e indirectos, como por ejemplo los educativos, sanitarios o administrativos. También se han detectado algunos trastornos habituales con una incidencia significativa en la población escolar. Los más destacados serían la hiperactividad (entre el 3 y el 7 por ciento de la población escolar), los trastornos disociales (entre 2 y el 10 por ciento de la población escolar) o comportamientos negativistas desafiantes (entre el 2 y el 16 por ciento de la población escolar).
La tesis señala la dificultad que existe llegar a cubrir la demanda real de este tipo de casos y también para poder detectar los síntomas de este perfil en una edad temprana. Además, apunta las respuestas fallidas que habitualmente se aplican en los centros para abordar este tipo casos. El trabajo también ha constatado los buenos resultados obtenidos por los programa Trampolín de intervención que siguen algunos de estos jóvenes. “Este programa utiliza un método de intervención ecléctico que se adapta a cada caso particular. Para lograr resultados se despliega una amplia batería de métodos y para cada chaval se elige el que pueda resultar más adecuado”, apunta el investigador.
El trabajo individual con estos adolescentes persigue su integración de nuevo en los centros escolares y, como norma general, se observa en ellos una mayor tolerancia a la frustración, la reducción de la frecuencia y gravedad de los conflictos que originan y mayor grado de motivación escolar. Su capacidad de relación con la sociedad y con la familia mejora y también asisten más a clase. Estos resultados indican un avance tanto cualitativo como cualitativo respecto del punto de partida, no obstante, según señala el autor “son muchachos que seguramente seguirán manifestando conductas problemáticas en su entorno, aunque en la mayoría de los casos de mucha menos intensidad que al principio”.