A la batuta del maestro asturiano, la Orquesta Sinfónica de Asturias y el Coro de la Fundación Príncipe protagonizan el 150 cumpleaños de la organización humanitaria
OVIEDO.- El 150 aniversario del nacimiento de la Cruz Roja se celebra a las ocho de esta tarde, en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, con un concierto extraordinario organizado por la institución que preside en Asturias, donde opera desde hace 140 años, Celia Fernández.
El acontecimiento musical cuenta con la colaboración del Gobierno regional y de la Fundación Príncipe de Asturias a través de la orquesta y el coro, respectivamente, que serán conducidos frente al atril por Óliver Díaz.
UNA PROPUESTA MUSICAL EXIGENTE
El programa reúne oberturas y números corales de óperas del compositor francés Georges Bizet, el italiano Guiseppe Verdi y el alemán Richard Wagner.
La sesión se abrirá con la «Suite número 1», basada en la conocidísima «Carmen» de inspiración española y compuesta por el músico parisino, que está formada por seis movimientos: «Preludio», «Aragonaise» «Intermezzo», «Seguidilla», «Les dragones de Alcalá» y «Les toreadors».
A continuación llegará el turno del genio universal de Busetto, de quien podrá escucharse la obertura de «Nabucco» y la famosa parte para coro del mismo título «Va pensiero», junto con las piezas, también de carácter coral, «Patria oppressa» y «Vedi le fosche notturne» de la sobrenatural «Macbeth» y de la truculenta «El trovador».
Como colofón, el público podrá disfrutar de dos fragmentos de «Los maestros cantores de Núremberg», obra señera y controvertida del compositor germano: el preludio y el coro final «Wach auf!... Ehrt eure deutschen Meister».
EL TRIUNVIRATO ROMÁNTICO
Si Wagner es para muchos la figura más importante del teatro lírico de todos los tiempos y quien gozó de los mayores éxitos operísticos en el siglo XIX alemán, Verdi es el talento más apreciado por los compatriotas de su época, y Bizet legó, a pesar de que el triunfo se le mostrara esquivo en su corto recorrido vital, una de las óperas más celebres de la historia.
«Para triunfar hoy en día hay que estar muerto o ser alemán» profetizó el músico francés, que no llegó a ver con sus ojos el ascenso a la cumbre de «Carmen», tras un estreno acogido con sobrecogedora frialdad.
En efecto, en la Baviera del rey Luis II se alzaba la agudeza vanguardista wagneriana, que rompió moldes, restó preponderancia a la voz e incrementó la fuerza expresiva de la orquesta, manteniéndose todo lo fiel que pudo a la idea de hacer de la ópera una «obra de arte total» y un «drama musical» de cada partitura.
La renovación fue tan radical que Verdi, después de asistir en París a una representación de «Tannhäuser», exclamó: «Wagner e’matto». Ni siquiera el hijo del pueblo italiano y gigante de la música lírica pudo sustraerse a la influencia del «loco». Porque si es cierto que por toda su producción circula una fina elegancia, no lo es menos que, influido por aquél, sus páginas maestras más tardías son modelo de construcción, de cuidado equilibrio entre voces e instrumentos y de sobresaliente vigor teatral.
CON ÉXITO ASEGURADO
El progresivo auge de la Orquesta Sinfónica asturiana, la paulatina madurez que va adquiriendo el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias y la solvencia creciente de Óliver Díaz como director, cada vez más solicitado en los circuitos nacionales e internacionales, vaticinan un espectáculo musical de gran interés, a la altura de un repertorio ciertamente ambicioso, de la efeméride que se festeja y de la expectación que ha generado entre los aficionados.