Investigadores de la Universidad de Oviedo trabajan en el diseño de interruptores moleculares que permitan mejorar la rapidez de los dispositivos electrónicos y reducir su tamaño gracias a la interacción de determinadas moléculas con el grafeno. Su objetivo, según ha señalado la Universidad de Oviedo en una nota de prensa es "lograr ordenadores y smartphones más pequeños y eficientes".
Este proyecto está financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. El equipo liderado por el catedrático Jaime Ferrer en el Departamento de Física de la Universidad de Oviedo trabaja en el desarrollo teórico de interruptores y otros dispositivos moleculares basados en hilos de grafeno.
De este modo, los interruptores moleculares aspiran a reemplazar a los transistores como componentes básicos de ordenadores y smartphones, entre otros dispositivos. Según han destacado los investigadores, el desarrollo de la electrónica molecular apenas está dando sus primeros pasos pero se espera que en el medio plazo pueda revolucionar la eficiencia de los dispositivos informáticos.
El reemplazo de los transistores (cuya base es el silicio) por interruptores moleculares (con hilos de grafeno) permitirá aumentar la rapidez de los instrumentos. Un interruptor molecular está formado por una molécula colocada entre dos hilos de un material conductor. Su posición y reacción permiten o no el paso de la electricidad con mayor o menor fluidez.
Los investigadores trabajan para tratar de explicar y perfeccionar ese proceso en un interruptor con hilos de grafeno. "Hasta ahora la mayoría de interruptores se han diseñado con hilos de oro, pero se trata de un material poco estable que genera demasiado ruido al paso de la electricidad en sistemas de electrónica molecular. El grafeno es un material más robusto y fiable y por eso pensamos que puede ser un conductor mucho más estable", ha explicado uno de los físicos del equipo investigador, Víctor García.
Los expertos de la Universidad de Oviedo trabajan en desarrollos teóricos de estos dispositivos y colaboran con grupos de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), la Universidad de Tecnológica de Delf (Holanda), la Universidad de Lancaster (Reino Unido) y la Universidad de Zaragoza. El trabajo de los investigadores asturianos sigue una "línea pionera" de investigación y ya ha sido publicado en la prestigiosa revista Physical Review.