Un Día de Asturias marcado por el drama del paro y el abrazo a la diáspora

Un Día de Asturias marcado por el drama del paro y el abrazo a la diáspora

Hoy se celebra el Día de Asturias y quiero que, una vez más, mis primeras palabras sean para aquellos que no encuentran motivos para la alegría. Para las personas que atraviesan problemas personales de cualquier índole. Y, por supuesto, para los que sufren el dramático revés del desempleo que sigue azotando de manera muy dura a nuestra sociedad.

Luchar contra el desempleo no puede ser una frase biensonante. Tiene que ser el mandato rotulado en negrita en la primera hoja de cualquier agenda política. A pesar del ligero descenso en las cifras, no caben eufemismos ni son tolerables las manifestaciones pomposas con más de 90.000 hombres y mujeres que no encuentran trabajo en Asturias.

Hace 30 años que se aprobó la Ley por la que se instituyó el ocho de septiembre como el día de la Comunidad. En este tiempo, Asturias ha progresado. Hemos superado hondas crisis y reconversiones y, unidos, hemos logrado hacer frente a las dificultades asentando algunos rasgos que ya son señas de identidad casi indelebles de nuestra tierra.

Una de esas señas, una especialmente noble, es el compromiso colectivo en la lucha contra la desigualdad y por unos servicios públicos universales de calidad.

En 2014, hay dos acontecimientos de especial relevancia que quiero resaltar: la puesta en marcha del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias y la del también nuevo Hospital Vital Álvarez Buylla de Mieres. Dos acontecimientos que nos definen y que deben llenarnos de orgullo como sociedad, por lo que suponen de éxito colectivo, compartido, de todos.

Asturias no es trinchera suficiente para afrontar una crisis económica global. Pero sí tiene que ser una muralla consistente para defender lo que conocemos como Estado de Bienestar, para hacer frente a la desigualdad. Tenemos algunas herramientas y, sobre todo, mucha convicción para hacerlo.

No es día para largos discursos sino para convocar a todos los asturianos que así lo deseen a celebrar el 8 de septiembre. Y de manera especial, a aquellos que no están aquí, a los que han querido o han tenido que marcharse, a esa Asturias fuera de Asturias, dispersa por el mundo, que siente su tierra con la fuerza que da la añoranza. 

 

Feliz ocho de septiembre. Feliz Día de Asturias.

 

Javier Fernández Fernández
Presidente del Principado de Asturias

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