Miles de personas comen diariamente en la FIDMA gijonesa, y no precisamente bocadillos, aunque también, como decía el clásico. El bocata es una solución socorrida para muchos, por el coste asumible de los mismos, en unos casos, y por el placer de 'pecar', para otros a los que dietas, médicos y parientes vigilan estrechamente en su ingesta.

Pero en el recinto ferial hay algunos restaurantes en los que la calidad de las materias primas y el saber de sus cociner@s asegura una satisfactoria comida, o cena, bien es verdad que inmersos en la climatología reinante, que puede ser calurosa --este año lo está siendo-- o, incluso, lluviosa --otros lo ha sido--.

Exclusivas C. Trabaco, 'Pedro', ofrece ambas posibilidades. Los bocadillos, generosos y de gran calidad, salen a miles del establecimiento, en una de las más céntricas calles del recinto, detrás del Pabellón Central. Y detrás, en las mesas situadas al sur del estand, una surtida carta virtualiza una sabrosa cocina cuyo atractivo es tal que recomendamos a los visitantes del ferial pasarse antes de la hora de comer por el restuarante y reservar mesa.

Y un detalle importante: su carta de vinos y cavas tiene un nivel medio-alto.