El embajador iraní en Siria, Ahmad Mousavi, ha anunciado sus planes para abandonar el país y regresar a Irán; los funcionarios sirios están muy preocupados por esta decisión y le pidieron al embajador iraní que se quedase al menos hasta el final del Ramadán en Siria. Mousavi intentó explicar que estaba pensando en dejar el país para presentarse como candidato en las próximas elecciones parlamentarias iraníes por la ciudad de Ahvaz.

La medida coincide con una escalada en las protestas contra el gobierno del presidente Al-Assad y una retirada de los embajadores de los principales países árabes como Arabia Saudita, Kuwait, Bahrein y hoy se sumó Túnez, que alegó la medida ”debido a los peligroso de la situación en Siria”. Un funcionario diplomático iraní en Damasco, destacó que el apoyo de Irán al régimen de Al-Assad había empañado gravemente su imagen en el ciudadano sirio común y que Al-Assad caerá o se volverá pro-occidental y -en ambos casos- será en detrimento de Irán.

Diplomáticos iraníes señalaron que el personal de la embajada iraní en Siria, será evacuado de sus casas en Damasco junto a sus familias -o serán enviados a la región fronteriza de Irán o Líbano- por temor a las posibles consecuencias en el caso de que el régimen de Bashar Al-Assad caiga de manera abrupta. Desde la posición iraní se perciben dos hechos fundamentales: el apoyo masivo que Teherán le da a Damasco ha generado un profundo rechazo hacia Irán y por otro lado las manifestaciones se están diseminando por toda Siria y cada vez son más importantes y graves.

Se supo hoy que también Naciones Unidas ha retirado al personal no esencial de Siria. Michael Williams, Coordinador Especial de la ONU para el Líbano, dijo que 26 funcionarios internacionales no esenciales y sus familias habían abandonado Siria; además Williams señaló que estaba muy preocupado por la situación en Latakia. Christopher Gunness, encargado de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos dijo que hasta 10.000 palestinos han "desaparecido" después de huir del campamento de refugiados en Latakia, Gunness señaló que informes de varias fuentes indican muertos y heridos entre la población de refugiados palestinos, a pesar de las malas comunicaciones hacen que sea imposible confirmar el número exacto de muertos y heridos.

El régimen sirio no da señales de tener intenciones de imponer una tregua en sus operaciones contra los manifestantes; si bien los medios de comunicación sirios señalaban que las fuerzas de seguridad se habían retirado de Deir- Ezzour y áreas claves de Latakia, los activistas dicen que han dejado decenas de muertos y que las tropas no se han retirado. En una nueva escalada del régimen sirio, se denunció que las embajadas sirias alrededor del mundo están haciendo seguimientos y fotografiando a los disidentes -que marchan en el extranjero- y luego envían esos reportes a Damasco para tomar represalias contra los familiares de aquellos manifestantes.

Por el momento, además del ahora dubitativo Irán, Rusia permanece casi como el único aliado sirio; dicha alianza dista mucho de responder a una matriz ideológica y se fundamenta en el interés económico. Rusia ha manifestado su intención de seguirle vendiendo armas a Siria, a pesar del pedido de Washington a Moscú para detener su comercio con Damasco. Rusia ha dicho en repetidas ocasiones que las ventas en la región son de conformidad con el derecho internacional y que no amenazan la seguridad regional; además Rusia ha hecho un nicho de mercado en países que no quieren o no pueden comprarle armas a los Estados Unidos.

Rusia es el segundo mayor exportador de armas a nivel mundial y quiere recuperar los u$s 4.000 millones de pérdida cuando Naciones Unidas le impuso el embargo de armas a Libia este año. Las ventas de armas rusas se han disparado en más del 20 % en el primer semestre de 2011 por unos u$s 5.900 millones debido a que los gobiernos -por temor a disturbios en el norte de África y Oriente Medio- han engrosado sus arsenales