España condena la decisión adoptada por las autoridades israelíes de confiscar cuatrocientas hectáreas de tierra en la región administrativa de Belén (Cisjordania) para acrecer el vecino asentamiento de Gvaot e insta a dichas autoridades a reconsiderar esta decisión.
Con esta ocasión, el gobierno de España reitera su conocida posición sobre la ilegalidad de los asentamientos, cuyo establecimiento, mantenimiento y ampliación siempre ha condenado.
España considera especialmente inoportuna esta decisión en el actual momento delicado de las relaciones israelo-palestinas, en el que todas las partes deberían abstenerse de cualquier acción que pueda obstaculizar el camino de la paz a partir del alto el fuego en Gaza acordado el pasado 26 de agosto.