Santander. – Beatriz Losada, inspectora de Trabajo y Servicios Sociales, ha participado hoy en el seminario Retos del fenómeno migratorio en el S. XXI dejando a un lado el tema de la explotación sexual, para abrir el abanico a la explotación laboral en un sentido más amplio. Además de voluntariedad, que en estos casos sí existe, hace falta también que un trabajo sea por cuenta ajena, dependiente y retribuido para considerarse como tal, y dar acceso al sujeto a todos los derechos laborales pertinentes. Además, por supuesto, un inmigrante necesita estar regularizado.
"La principal motivación de los movimientos migratorios es mejorar las condiciones de vida", ha explicado Losada, "para ello hace falta un trabajo que, además, suele ser el medio de socialización del inmigrante". Por ello es tan importante llevar un control para asegurarse que ningún empresario se aprovecha de la necesidad de estas personas. "Cuando estos extranjeros viven en situación irregular están totalmente desprotegidos", ha comentado la inspectora, "y quien les contrata está ahorrándose los enormes costes laborales y por tanto ejerciendo una enorme competencia desleal".
Estos empresarios, en palabras de la inspectora, "saben bien lo que están haciendo y que están totalmente blindados ya que los inmigrantes no van a denunciarles". No obstante, en cuanto se detecta este tipo de irregularidades, se les sanciona con multas que pueden ir de los 500 euros a los 100.000 o incluso penas de cárcel, en función de la cantidad de trabajadores que exploten, del contexto y las condiciones.
Fotografía: Juan Manuel Serrano