El ejército israelí admitió este domingo haber disparado contra una escuela de las Naciones Unidas (ONU) en Rafah, en la Franja de Gaza, donde al menos diez palestinos murieron.

El Ejército se excusa en que había visto a tres terroristas de la Jihad Islámica que viajaban en un vehículo de motor en las inmediaciones de una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina  en Rafah. Fuerzas de defensa israelíes están analizando las consecuencias del ataque a donde estaban refugiados unas 3000 personas, la mayoría mujeres, niños y ancianos, dijo el comunicado militar.

El gobierno norteamericano reaccionó con consternación ante el bombardeo y con menos tibieza de la habitual  exhortó a Israel a "esforzarse más" para evitar víctimas civiles, dijo en un comunicado, un portavoz del Departamento de Estado, Jennifer Psaki. "Estados Unidos está consternado por el vergonzoso bombardeo de la escuela de una agencia de la ONU en Rafah", dijo el comunicado de Jennifer psak. "Insistimos, una vez más, que Israel debe hacer más para cumplir con sus propios principios y para evitar víctimas civiles", concluye el comunicado el portavoz del departamento.

El premier Netanyahu comunicó que este lunes dejarían la matanza durante unas horas, para permitir la entrada de medicamentos, alimentos básicos y agua a la malherida y hambrienta población reclusa por Israel en Gaza, así como para permitir la vuelta de los palestinos a sus casas, pero a continuación reanudarán las 'operaciones'. Muchos temen, vista la experiencia de estas semanas de horror, que lo que el gobierno hebreo espera es a que vuelvan a sus casas para continuar más cómodamente con la matanza de civiles en la 'solución final' que Netanyahu está aplicando con el genocidio palestino y la destrucción de sus barrios, futuro asentamiento de nuevas colonias de judíos tras el sangriento 'anschluss' que, en palabras del propio primer ministro, aún no ha concluído.

FOTO: ministerio de comunicación de Palestina