El diputado advierte que los beneficiados son los inversores, grandes empresas, bancos y defraudadores
Madrid .-Una trampa para incautos y un regalo para ricos. Así calificó Gaspar Llamazares la presunta reforma fiscal que hoy aprueba el Consejo de Ministros en la rueda de prensa que dio en Oviedo. Según el diputado asturiano, es una trampa para aquellos incautos que pensarán que va a bajar la presión fiscal para asalariados y consumidores y no es verdad, sino que seguirán siendo los paganos del sistema fiscal. Los beneficiados serán, a su juicio, los mismos de siempre: inversores, grandes empresas (para las que bajan los impuestos), bancos y sobre todo defraudadores. Estos últimos verán como el Gobierno no pone en marcha ninguna nueva medida antifraude, que ya asciende a más de 70.000 millones de euros, sino que además la previsión de lucha contra el fraude para este año es menor. Son 1.000 millones menos que el año anterior, advirtió el diputado asturiano.
La nueva reforma fiscal supone, además, un nuevo debilitamiento añadido del estado del bienestar. “Es decir, supondrá La incapacidad por parte de las administraciones para financiar la educación, la sanidad, los servicios sociales públicos junto con el sistema de pensiones”, aseveró en la sede de IU de Asturias.