Gijón/Xixón (E.P.) .-El astur-mexicano Antonio Suárez, propietario del Grupo Marítimo Industrial (Grupomar), dedicada al sector pesquero y de conservas, ha recalcado este jueves en Gijón el buen trabajo que desarrolla el astillero Armon, hasta el punto de destacar que se ha ganado "a pulso" un prestigio internacional, que le ha valido otros contratos en México al margen de los tres atuneros que él le encargó.
"Estamos muy contentos con el trabajo que han hecho", ha resaltado, especialmente por la mano de obra "asturiana". "Esa gente que está en lo oscuro, pero que al final son los que han hecho el trabajo", ha apostillado sobre los obreros que participan en la construcción del buque.
Así lo ha hecho tras asistir a la entrega en el Ayuntamiento de los libros de la Real Congregación de Nuestra Señora de Covadonga de Naturales del Principado de Asturias en Madrid al Museo del Pueblo de Asturias, donados por su hija María Fernanda Suárez de Guerra.
Suárez ha insistido en que guardan "magníficas" relaciones con el astillero, además de remarcar que cumplen "muy bien" tanto en fechas como en calidad. Como prueba, ha indicado que ya están construyendo otros barcos para México.
Y aunque en principio Grupomar no tiene previsto ningún encargo más a corto plazo, ha augurado que tras los tres barcos contratados por su empresa Armon "saldrá prestigiada". "Creo que ha sido una gran ayuda para el prestigio de un astillero asturiano a nivel mundial de fabricación de buques atuneros".
A esto ha unido que su hija amadrinará este domingo el segundo de los atuneros que construye Armon para él, con el nombre de 'Oaxaca', en honor a donde nació su hija en México, mientras que el primero se llamó 'Gijón', en honor a su tierra. Ha incidido, no obstante, en que pese a haber nacido en Asturias, es nieta de tres asturianos, su abuelo materno de Villazón (Salas), y los otros de Sobrescobio.
Quedaría un tercer buque, cuya construcción se prevé que concluya en febrero de 2015 y que llevará el nombre de 'Manzanillo', en honor a la ciudad donde tiene su empresa la base pesquera en México, donde trabajan cerca de 2.000 personas. Es un puerto importante del Pacífico como Gijón.
María Fernanda Suárez de Guerra, hija del astur-mexicano Antonio Suárez, destina sus "ahorros" a proteger el patrimonio asturiano
El Ayuntamiento de Gijón ha recepcionado este jueves de libros del siglo XVIII pertenecientes a la Real Congregación de Nuestra Señora de Covadonga de Naturales del Principado de Asturias en Madrid, y que han sido donados por la hija del empresario astur-mexicano Antonio Suárez, María Fernanda Suárez de Guerra, quien, según ella, misma, decidió destinar sus "ahorros" a salvaguardar y proteger este patrimonio asturiano.
Así lo ha hecho tras asistir a la entrega en el Ayuntamiento de los citados libros, que serán custodiados en el Museo del Pueblo de Asturias. En el acto, en el que ha estado acompañada por sus hijos y su padre, entre otros, han intervenido también la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón (Foro), el concejal de Educación y Cultura, Carlos Rubiera, y el director del Pueblo de Asturias, Juaco López.
Este último ha explicado que la citada Real Congregación de Nuestra Señora de Covadonga se fundó en el año 1742 por un grupo de asturianos afincados en Madrid de diferentes estamentos y que tenía entre sus objetivos fines religiosos y asistenciales. La congregación llegó a tener 600 miembros, entre ellos el conde de Campomanes, Gaspar Melchor de Jovellanos y Ceán Bermúdez.
De hecho, de los cuatro libros donados, dos contienen las inscripciones de buena parte de sus miembros, mientras que los otros dos recogen acuerdos de juntas, lo que ofrece una gran información sobre su actividad. Además, incluyen tres grabados "rarísimos", de los que no existe ningún ejemplar.
COMPRADOS EN EL RASTRO 25 AÑOS ATRÁS
Los libros, de los que no se sabía su localización, estaban en poder de un coleccionista de Madrid, quien los había comprado hace 25 años en el Rastro. Al no poder hacer frente el Ayuntamiento del gasto, se le planteó el problema al llanisco afincado en Madrid Carlos Suárez Cue, quien a su vez contactó con Fernanda Suárez para que reuniera a un grupo de personas dispuestas a colaborar para hacer una donación.
"No hizo falta convencerla de nada", ha apuntado López sobre esta, quien es presidenta del Patronato de Jóvenes del Museo de Arte Popular en México. Asimismo, ha recordado que el Museo Pueblo de Asturias tiene tres objetos ya de la Real Congregación: un inventario, un grabado de 1759 y un cartel anunciado los cultos a la Vírgen de Covadonga. Todos ellos del siglo XVIII.
Para él, es importante poner esto a buen recaudo ya que da información sobre la emigración asturiana y, por consiguiente, de nuestro pasado y presente. Por este motivo, aunque es posible que se exhiban durante un corto tiempo, quedarán guardados para consulta de investigaciones y posiblemente se digitalicen.
Suárez de Guerra, por su parte, ha aludido a sus raíces asturianas, ya que tres de sus abuelos nacieron en el Principado, y al amor de su padre por la región. Según ella, fue esto lo que le decidió a comprar los libros con sus ahorros. El mismo amor que quiere trasladar a sus tres hijos. Asimismo, no ha querido desvelar el coste de los libros, a lo que ha agregado que es más importante "lo sentimental".
Moriyón, por su parte, ha destacado que uno de los objetivos del museo es proteger el patrimonio asturiano, por lo que ha agradecido el continuo número de donaciones, como es la última de una colección de radios de Avelino Fombona, que se está gestionando actualmente.
Unido a ello, ha destacado que la de Suárez de Guerra es continuidad de una "larga y fecunda generosidad" de emigrantes con Asturias. Es por ello que ha querido expresar su agradecimiento a la familia Suárez porque "ha sido mucha y muy buena la generosidad que ha tenido con Gijón y Asturias".