Ignacio Alonso, Doctor en Ciencias del Mar por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ha defendido que “sin quitar el valor del apoyo puntual cuando hay una emergencia o una hambruna, lo correcto es la cooperación internacional constante, que actúe como preventivo para que no se den esas situaciones de emergencia”.
El investigador ha impartido la ponencia de clausura de las “Jornadas sobre Nuevas Tecnologías aplicadas al estudio de riesgos naturales en la costa”, que la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” ha desarrollado en Santander durante esta semana.
Alonso, que se ha apoyado en la experiencia que desarrolla en la costa de Senegal, ha abogado por una investigación precisa en zonas de riesgo de erosión litoral para que las administraciones implicadas “tengan argumentos técnicos de rigor para adoptar las medidas oportunas”.
El investigador ha negado que “la cooperación internacional esté sólo orientada al mundo sanitario o educativo” y ha apuntado que “la cooperación al desarrollo abarca muchos más ámbitos y hay muchos pueblos que necesitan de nuestro consejo”, como el de la investigación sobre erosión costera.
Este experto ha descrito la situación en parte de la costa de Senegal, donde “tras inundarse la ciudad de San Luis, en 2003 adoptaron la medida de desviar la desembocadura del río, pero dicha solución ha originado unos problemas de erosión costera galopantes”.
En este sentido, ha destacado que en el tiempo que llevan trabajando allí, “se han detectado zonas de retroceso de la línea de costa de más de 20 metros al año”. Alonso ha resaltado que hay que tener en cuenta que “son zonas muy pobladas, rurales, con mínimos requerimientos tecnológicos y con muchas casas de barro o de ladrillo, y ante esos niveles de retroceso las casas se derrumban con mucha facilidad”.
En Senegal, según ha afirmado Ignacio Alonso, “los temporales tienen unas consecuencias devastadoras”. Así, “en octubre de 2010 en una población de la costa se habían caído unas 20 casas al agua, en febrero de 2011 ya eran más de 50”. Ante esta situación, el investigador ha manifestado que “la población tiene que emigrar, lo que deriva en un grave problema social”.
Alonso ha señalado que en España “tenemos la suerte de vivir en el primer mundo, pues aunque haya zonas bajas, potencialmente muy susceptibles de sufrir erosión, tenemos los medios económicos y tecnológicos para poder mitigar esa erosión, lo que no ocurre en otros países”.
El Doctor en Ciencias del Mar se ha referido a la costa mediterránea como “una zona muy vulnerable, pero que cuenta, afortunadamente, con un mar muy pequeño y menos peligroso, por lo que la probabilidad de que se presenten grandes temporales, con olas de más de 10 metros de altura, es muy pequeña, algo que sí ocurre en el Cantábrico o en Canarias”.
La ponencia de Ignacio Alonso ha puesto el punto final a las jornadas sobre “Nuevas Tecnologías aplicadas a los riesgos naturales de las costas” que desde el pasado lunes han reunido a expertos de contrastado prestigio, tanto a nivel nacional como internacional, en el marco incomparable del Seminario Diocesano Monte Corbán de Santander