Un grupo extremadamente vulnerable de indígenas amazónicos no contactados ha emergido de la selva en Brasil, cerca del borde fronterizo con Perú, y ha establecido contacto con una comunidad indígena asentada y ya contactada.
La noticia se produce pocos días después de que el Departamento de Asuntos Indígenas del Gobierno brasileño (FUNAI) y Survival International, el movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas y tribales, alertaran del grave riesgo de que se produjera un incidente de este tipo, en vista del fracaso de las autoridades peruanas para frenar la descontrolada tala ilegal que se produce en su territorio.
Los indígenas aislados habían venido acercándose cada vez más a la comunidad asentada de indígenas asháninkas que viven junto al río Envira.
Las nuevas informaciones emergieron el martes desde la remota región donde los indígenas establecieron contacto el pasado domingo con los asháninkas, que llevaban notificando su presencia cercana desde hacía varias semanas.
Un equipo especializado de FUNAI se encuentra en la zona para proporcionar apoyo al nuevo grupo contactado y una unidad médica ha volado hasta allí por si fuera necesario tratar la propagación de posibles epidemias de enfermedades respiratorias comunes u otras dolencias frente a las que los grupos de indígenas no contactados no tienen inmunidad.
Nixiwaka Yawanawá, un joven indígena del estado de Acre que se unió a Survival para defender los derechos de los pueblos indígenas, declaró: “Soy de la misma región en la que ellos se encuentran. Resulta preocupante que mis familiares corran peligro de desaparecer. Esto muestra la injusticia que afrontamos en la actualidad. Son incluso más vulnerables porque no pueden comunicarse con las autoridades. Ambos Gobiernos deben actuar con la mayor inmediatez para protegerlos y para detener un desastre contra mis hermanos”.
El director de Survival International, Stephen Corry, declaró hoy: “Tanto Perú como Brasil dieron garantías de que pondrían fin a la tala ilegal y al tráfico de drogas que estaban forzando a los indígenas aislados a desplazarse a otras zonas. Han fracasado. Los traficantes incluso ocuparon un puesto gubernamental encargado de monitorear el comportamiento de estos grupos. Los indígenas no contactados se enfrentan ahora al mismo riesgo de genocidio por enfermedades y violencia que ha caracterizado la invasión y ocupación de las Américas durante los últimos cinco siglos. Nadie tiene derecho a destruir a estas personas indígenas.”
FOTO: