Asturias.-La Asociación en Defensa del Piragüismo y los usos recreativos del agua (AEPIRA) ha presentado alegaciones a los diferentes instrumentos de gestión integrados de varios espacios naturales protegidos, que durante el mes de abril ha venido publicando el Boletín Oficial del Principado de Asturias.
A juicio de esta asociación estatal, la Consejería de Agroganadería y Recursos Naturales pretende camuflar y consolidar con endebles argumentos de impacto ambiental lo que en realidad viene siendo un trato de exclusión de los ríos de media y alta montaña a cualquier uso recreativo que no sea la pesca, prohibiendo sin modulación alguna nuestra actividad en respuesta a la presión que sobre la Consejería ejerce un colectivo -muy minoritario- dentro del conjunto de pescadores. El resultado son unas prohibiciones inexistentes en el resto de las aguas públicas europeas habitadas por el salmón o la trucha, aunque el primero de ellos no puede llegar, por otras causas, a la mayoría de los tramos prohibidos.
Los borradores de normativa que se han presentado están basados en suposiciones que contradicen toda la evidencia científica y técnica, y sobre las que nunca se han aportado datos contrastados cuando éstos se han solicitado. Además, se evita mencionar impactos similares o mayores causados por otras actividades autorizadas. Por ello, se pide su modificación para cumplir con los requisitos de motivación, adecuación a los fines de interés general a proteger, proporcionalidad de las medidas y no discriminación a los que obliga la legislación vigente.
Las alegaciones han obtenido un amplio respaldo no solo dentro del colectivo de usuarios comunes –siendo también suscritas por la Real Federación Española de Piragüismo-, también por el tejido empresarial, ya que las han hecho suyas la Asociación de Turismo Activo de Asturias, la Unión Hotelera Asturiana, la Asociación de Empresas Organizadoras de Congresos o la Federación Asturiana de Empresarios.
El piragüismo en aguas bravas tiene en Asturias un potencial muy grande, con la capacidad de desestacionalizar la afluencia de personas a muchas zonas rurales desfavorecidas. Es una actividad que no merece ni permitirá seguir siendo marginada de esta manera. En esta línea, el colectivo de piragüistas se está movilizando y ha iniciado una serie de acciones, incluyendo la interposición de un recurso contencioso-administrativo ante la Confederación Hidrográfica del Cantábrico que, en este tema de su competencia, se ha limitado a inhibirse ante la administración regional, cosa que no hace cuando se habla por ejemplo, de caudales ecológicos, minicentrales, obstáculos a la migración de los peces u otros.
Los ríos son de todos, la Administración asturiana no puede pretender ni amparar que sigan siendo sólo de unos cuantos.