Javier Fernández advierte de que superar “los graves desafíos que afrontamos no está en manos de una persona”, sino que depende “de la elección de los ciudadanos, del funcionamiento de las instituciones y de la valía de los gobernantes”
- “Los españoles continuamos con nuevas ambiciones la etapa histórica que se ratificó en 1978 con la aprobación de la Constitución”, señala
- El jefe del Gobierno asturiano traslada “los mejores deseos” a Felipe VI para el desarrollo de su reinado
El presidente del Principado, Javier Fernández, ha destacado que la normalidad con la se ha producido el primer cambio en la jefatura del Estado desde 1975 demuestra “la estabilidad democrática” de España. Fernández, que ha asistido esta mañana a la sesión de juramento y proclamación del Rey Felipe VI, ha advertido de que la superación de los graves desafíos que afronta nuestro país “no está en manos de una persona: depende de la elección de los ciudadanos, del funcionamiento de las instituciones y de la valía de sus gobernantes”.
El jefe del Gobierno asturiano asistió el miércoles a la sanción de la ley de abdicación, con la que concluyó el reinado de Juan Carlos I. Esta mañana ha estado presente en la ceremonia de juramento y proclamación del nuevo monarca. Para el presidente del Principado, la importancia de estos actos no radica tanto en su solemnidad como en “la normalidad” con la que ha sido asumido el primer relevo en la jefatura del Estado en casi cuatro décadas, “con lo que ello significa en cualquier monarquía parlamentaria”.
“Desde noviembre de 1975 hasta hoy, ha habido un solo jefe del Estado. Han sido más de 38 años presididos por la consolidación de la democracia, la estabilidad y el desarrollo económico y social. Si el pueblo español ha sido el protagonista colectivo de esa transformación, también es justo reconocer el papel impulsor y moderador de la Corona”, ha manifestado.
En cuanto al significado histórico de la sucesión, el jefe del Gobierno ha señalado que “se juzgará en función de lo que ocurra a partir de hoy”. En este sentido, ha dejado claro que los españoles “continuamos con nuevas ambiciones la etapa histórica que se inició en 1975 y se ratificó en 1978 con el refrendo de la Constitución. Los asturianos y los españoles seremos los responsables, con nuestra voluntad, del rumbo que elijamos”, ha declarado.
El presidente ha reconocido que España se enfrenta hoy a serios problemas, como “la superación de la crisis, la unidad territorial del Estado y el descrédito de las instituciones”. Afrontarlos y vencerlos, ha advertido, es una tarea común. Al nuevo jefe del Estado le corresponderá “acompañar la decisión democrática” que tomen los españoles.
En nombre del Gobierno del Principado, el presidente ha trasladado a Felipe VI “los mejores deseos” para su reinado.