Durante un ataque aéreo sobre un pueblo sudanés, la fuerza aérea de Sudán bombardeó y destruyó parcialmente un hospital gestionado por Médicos Sin Fronteras (MSF) en la región de Kordofán del Sur devastada por la guerra, privando, de esta forma, a la población civil de atención médica esencial.
Cuando el 16 de junio las bombas impactaban en el pueblo de Farandalla, dos proyectiles cayeron sobre el hospital de MSF. Cinco personas resultaron heridas en la aldea y un miembro del equipo de MSF sufrió lesiones en el hospital. Los equipos médicos de MSF trataron a los heridos y organizaron el traslado de tres pacientes con lesiones graves a otro hospital.
"Estamos sorprendidos de que un centro médico puede ser bombardeado, especialmente cuando está identificado claramente como tal con una bandera y una cruz en el techo", manifiesta Brian Moller, coordinador general de MSF. "También habíamos comunicado previamente la posición del hospital a las autoridades de Jartum."
El personal del hospital evacuó a los pacientes a los alrededores en el momento del ataque y los trabajadores médicos regresaron para tratar a los heridos en el ataque a la aldea. MSF realiza un llamamiento para que se respeten los pacientes, el personal y las instalaciones médicas en Kordofán del Sur donde, en las últimas semanas, han sido bombardeados otros centros médicos.
Las bombas destruyeron la sala de urgencias, la farmacia y la cocina del hospital. “Los daños sufridos por el hospital de Farandalla son importantes, pero MSF va a continuar trabajando en el lugar”, afirma Brian Moller.
Las instalaciones de MSF, tanto las áreas de hospitalización como de atención ambulatoria, comenzaron a funcionar en 2012. Desde entonces, se han llevado a cabo 65.000 consultas y 2.300 ingresos. MSF es uno de los escasos proveedores de atención sanitaria en Kordofán del Sur. Además del hospital de Farandalla, MSF facilita apoyo a cinco centros de salud en la zona.