Las becas de intercambio educativo de la Fundación Fulbright ganan el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional

Las becas de intercambio educativo de la Fundación Fulbright ganan el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional
El Programa Fulbright de intercambio educativo y cultural ha sido galardonado con 
el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2014, según hizo
público hoy en Oviedo el Jurado encargado de su concesión.

Esta candidatura ha sido propuesta por James Costos, embajador de Estados Unidos
en España, y Ramón Gil-Casares, embajador de España en Estados Unidos. Ha sido
apoyada, entre otros, por Pedro Alonso, director del Centro de Investigación en
Salud de Manhiça (Mozambique), y Peter Gruss, presidente de la Sociedad Max
Planck para el Avance de la Ciencia, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación
Internacional 2008 y 2013, respectivamente.

El Programa Fulbright fue creado en 1946 por el senador estadounidense James
William Fulbright. Se trata de un programa educativo de intercambio, patrocinado
por el Gobierno de Estados Unidos y que fue diseñado con el objetivo de mejorar y
estrechar los lazos y el mutuo entendimiento entre los ciudadanos estadounidenses y
los participantes de otras partes del mundo. En la actualidad, el Programa se
encuentra operativo en más de 150 países (en España inició su actividad en 1958) y
está dirigido por el Despacho de Educación y Cultura del Departamento de Estado,
siguiendo las líneas generales establecidas por el Consejo Escolar Internacional J.
William Fulbright –formado por doce personalidades directamente elegidas por el
presidente de Estados Unidos–, con el apoyo de comisiones bilaterales y
fundaciones de 50 países, así como de más de 100 embajadas estadounidenses en el
extranjero y de otras agencias en suelo americano. La financiación del Programa
procede principalmente del Congreso de los Estados Unidos, aunque también cuenta
con el apoyo económico de entidades públicas y privadas de este país, así como de
los estados participantes del programa.

Durante sus más de 65 años de existencia, las popularmente conocidas como becas
Fulbright han dado la posibilidad a alumnos, investigadores y profesores de
aprender, investigar y enseñar, así como de intercambiar ideas y contribuir a la
búsqueda de soluciones a retos e intereses de carácter global. Los estudiantes que
cada año aspiran a entrar en el programa son evaluados por sus méritos académicos,
así como por su potencial de liderazgo. Hasta ahora, más de 300.000 alumnos, de
los que aproximadamente un tercio son estadounidenses y el resto pertenece al
conjunto de países con acuerdos de intercambio, han participado en este programa
académico. El programa ofrece diversas opciones en función del nivel académico de
sus participantes, dependiendo de si estos están ya doctorados o no. Asimismo, cabe
destacar el Fulbright NEXUS Program, una red de jóvenes doctorados,
profesionales e investigadores de los Estados Unidos y de otros países occidentales
que participan durante un año en equipos multidisciplinares de investigación y en
una serie de reuniones en formato de seminarios que les permiten el intercambio de
experiencias. El Programa cuenta, a su vez, con una amplia red de asociaciones de
alumnos y exalumnos por todo el mundo –unas 70 aproximadamente– cuyo
principal objetivo es el de estrechar la relación y ampliar la red de contacto de todos
los participantes en las becas Fulbright, además de contribuir a la integración de los
extranjeros que acuden a esos países a desarrollar sus proyectos de estudio.

La Administración estadounidense concede unas 8.000 becas anuales entre los
estudiantes seleccionados. Más de 150 participantes han sido distinguidos a lo largo
de su historia con premios Nobel, Pulitzer o los de la Fundación MacArthur.
Asimismo, algunos galardonados con el Premio Príncipe de Asturias, como Richard
Serra (Artes, 2010) o Muhammad Yunus (Concordia, 1998), entre otros, también
han participado en el Programa Fulbright.

Los Premios Príncipe de Asturias están destinados, según los Estatutos de la
Fundación, a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria
realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el
ámbito internacional”. Conforme a estos principios, el Premio Príncipe de Asturias
de Cooperación Internacional se concederá a aquellos “cuya labor con otro u otros
en materias tales como la salud pública, la universalidad de la educación, la
protección del medioambiente y el desarrollo social y económico, entre otras,
constituya una aportación relevante a nivel internacional”.
En esta edición concurrían un total de 20 candidaturas procedentes de Alemania,
Bangladés, Brasil, Chile, Estados Unidos, Irlanda, Malasia, Noruega, Países
Bajos, Panamá, Portugal, Reino Unido y España.

Este ha sido el sexto de los ocho Premios Príncipe de Asturias que se conceden este
año, en que cumplen su trigésimo cuarta edición. Anteriormente fueron otorgados
los Premios Príncipe de Asturias de las Artes, al arquitecto estadounidense Frank O.
Gehry; de Ciencias Sociales, al historiador francés Joseph Pérez; de Comunicación
y Humanidades, al humorista gráfico argentino español Joaquín Salvador Lavado
Tejón, Quino; de Investigación Científica y Técnica, a los químicos Avelino Corma
Canós (España), Mark E. Davis (Estados Unidos) y Galen D. Stucky (Estados
Unidos) y de las Letras, al escritor irlandés John Banville.

La próxima semana se fallará el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes. El
Premio Príncipe de Asturias de la Concordia se fallará en el mes de septiembre.

 

Foto: FPA.

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