Por Ana Hernando.-Hoy se cumplen 70 años de la Operación Overlord en las playas de Normandía. Coincidiendo con el aniversario, investigadores de la firma francesa Dassault Systèmes han querido rendir homenaje a los ingenieros que hicieron posible la victoria de las tropas aliadas en la batalla más decisiva de la Segunda Guerra Mundial. Con viejos planos y fotografías y unos pocos restos, han reconstruido digitalmente desarrollos emblemáticos, como el puerto flotante Mulberry y el planeador silencioso Waco CG-4.
Blessent mon cœur d'une langueur monotone. En este verso del poema Canción de Otoño de Paul Verlaine, leído por un locutor de la BBC, a las 23:15 horas del 5 de junio de 1944, se escondía un mensaje cifrado que desencadenaría, a las 6:30 horas del día siguiente, el D-Day, la Operación Overlord, considerada la batalla aliada más decisiva de la Segunda Guerra Mundial en seis playas de la costa de Normandía (Francia) contra la invasión europea del Tercer Reich.
Setenta años después, investigadores de la compañía francesa Dassault Systèmes se han armado de las últimas herramientas 3D y de realidad virtual inmersiva y han pasado más de un año desarrollando modelos digitales de algunos de los inventos de los héroes ocultos del desembarco. Ingenieros que fueron capaces de producir, en un tiempo récord y con escasez de materiales, puertos flotantes, planeadores silenciosos y barcos con marcha atrás que llevaban a los soldados hasta la misma orilla de las playas normandas y que contribuyeron en gran medida al éxito de la misión.
Dassault Systèmes, dedicada al desarrollo de software de diseño 3D y realidad virtual para el sector industrial, en ámbitos como el aeroespacial y transporte, ha puesto a treinta de sus ingenieros a trabajar “para recrear digitalmente estas innovaciones, de las que solo quedan viejos planos, fotografías y ruinas. Nuestro objetivo es que la historia no los olvide”, explicó a Sinc Nicholas Serikoff, responsable del proyecto D-Day de la firma, durante una reunión con periodistas europeos en la sede de la empresa en París.
La compañía ha utilizado su software Catia CAD 3D y un sistema de escaneado láser móvil de una pequeña compañía también francesa, llamada AGP, para lograr las réplicas digitales de algunos de los desarrollos más destacados de la Segunda Guerra Mundial. “Los resultados podrán ser utilizados en demostraciones del desembarco en museos y exposiciones, en investigación y en educación”, destaca Serikoff
Mulberry Habour
El éxito del desembarco de Normandía que puso en Europa a 2,5 millones de personas, 500.000 vehículos y cuatro toneladas de suministros, fue posible en gran medida gracias al desarrollo por parte de ingenieros de puertos de la Royal Engineers de una impresionante pasarela flotante, llamada Mulberry Harbour.
“Los alemanes habían ocupado y minado todos los puertos franceses, así que la única manera que Winston Churchill imaginó para para desembarcar de manera masiva tropas y material fue la creación de este puerto artificial”, explicó a Sinc Tim Beckett, hijo del comandante Allan Beckett, responsable del desarrollo de esta infraestructura para el D-Day.
Tim Beckett, que también es ingeniero de puertos, pero en el ámbito civil, ha colaborado para ayudar a los investigadores de Dassault Systèmes a interpretar los planos de Mulberry que se conservan en el Museo Real de Ingeniería de Londres. También ha facilitado los que guardaba su padre.
Gracias a esta información y a las fotografías de la batalla tomadas por Robert Capa, la firma ha podido hacer una impresionante recreación de realidad virtual inmersiva de la pasarela y el paisaje que la rodeaba con todos sus detalles por la que el hijo de su inventor ha podido pasear de nuevo.
Mulberry Harbour fue llevado pieza a pieza por el Canal de la Mancha. “Los alemanes sabían de estos movimientos, pero pensaron que era material para reparar puertos; nunca imaginaron que se fuera a instalar un puerto artificial”, dice Beckett.
Se construyeron no uno, sino dos puertos artificiales, los Mulberry A y B. El primero fue destruido por una tormenta y solo quedó operativo el B, que se ensambló en el mar frente a Arromanches (Calvados, Baja Normandía) en menos de dos semanas.
Según Beckett, fue una innovación radical cuyos avances aún se utilizan hoy. Constaba de un sistema de carreteras de 16 kilómetros, con una anchura de 24 metros, instaladas sobre pontones de acero o de hormigón, que podían resistir el peso de un tanque Sherman de 40 toneladas. Estas carreteras conectaban la playa con un muelle flotante mar adentro donde grandes barcos podían atracar y descargar los suministros. Además, se colocaron enormes cajones hidráulicos de hormigón armado en semicírculo para formar un rompeolas que protegieran la infraestructura de mareas y tormentas.
La instalación, disponía de dormitorios y enfermería y tenía unas patas verticales que descansaban en el fondo marino, pero permitían a estas plataformas flotantes moverse hacia arriba y hacia abajo con la marea, “por lo que las operaciones podían continuar durante todo el día”, añade el ingeniero. Además, el sistema utilizado para unir las secciones flotantes les daba una gran flexibilidad, ya que absorbían los movimientos provocados por el mar de fondo y el peso de los vehículos.
El anclaje kite, con forma de cometa, también ideado por Allan Beckett, amarraba las plataformas flotantes con el lecho marino. Su especial diseño hacía que estas anclas se clavaran más en el fondo cuando se tiraba del cable. De esta forma, la estructura se mantenía firmemente en su lugar durante las operaciones de desembarque.
Del Mulberry hoy solo quedan unas pocas ruinas flotantes en la costa frente a Arromanches. Estuvo cinco meses operativo y a finales de julio de 1944 era el puerto más transitado del mundo en volumen de tráfico. En la recreación virtual, además de pasear por la pasarela se pueden ver vehículos anfibios que se utilizaron en el desembarco dirigiéndose hacia la playa.
LCVP, el barco de ‘Soldado Ryan’
Otro de los elementos clave en el desembarco de Normandía y que sido recreado digitalmente por Dassault Systèmes es un peculiar barco llamado Landing Craft, Vehicle & Personnel (LCVP). Este bote, hecho casi enteramente de madera, se ideó para llevar a las tropas lo más cerca posible de la orilla de la playa.
Los LCVP, diseñados por el ingeniero estadounidense Andrew Higgins, tenían la panza plana y una proa que cortaba las olas y podían transportar a trece soldados. Se han hecho famosos más recientemente porque aparecen en la primera escena de la película Salvar al Soldado Ryan.
Se produjeron más de 15.000 unidades de LCVP en Nueva Orleans por la firma Higgins Industries, que basó el diseño en los barcos utilizados en los pantanos de la zona e incluyó innovaciones como una rampa frontal de metal que se abre rápidamente cuando estos vehículos arribaban a las playas.
Además, el casco, el timón y la hélice fueron cuidadosamente diseñados para que pudieran embarcar y maniobrar en aguas de solo un metro de profundidad. Según Nicholas Serikoff, al hacer los modelos 3D vieron el diseño inteligente de una segunda rueda más pequeña en el casco que hacía que el barco fuera reversible y pudiera volver de forma inmediata al barco de suministro para ser cargado de nuevo.
Del barco original solo quedaba un ejemplar, cuyas medidas habían sido cambiadas al ser restaurado. Pero los investigadores tuvieron la suerte de encontrar en la Universidad de Nueva Orleans los planos de su construcción digitalizados, que se salvaron de las inundaciones del Huracán Katrina, con los cuales han hecho la recreación virtual del LCVP.
Avión planeador Waco
El equivalente aéreo del LCVP fue el avión planeador Waco CG-4. Estaba hecho de madera y tela y diseñado para romperse si chocaba con un obstáculo. Podía transportar a trece soldados y armas, además del piloto y copiloto. Era relativamente pequeño, ligero, fácil de manejar y muy silencioso, dice Serikoff.
Estas aeronaves fueron remolcados a través del canal por aviones C47 y luego se dejaron caer. Llevaron a tropas hasta las zonas de prados y arboledas (bocage) de Normandía en las primeras horas del 6 de junio para asegurar las zonas del interior y tomar objetivos clave, como pueblos, puentes y cruces de caminos. Para el director del proyecto, “las características de física y termodinámica del avión Waco son impresionantes”.
Los ingenieros de Dassault Systèmes internaron descifrar los planos de construcción del Waco, pero estaban borrosos e ilegibles. Sin embargo, encontraron al último ‘superviviente’ de la aeronave en perfectas condiciones de conservación en un pequeño museo de la Segunda Guerra Mundial, en Granite Falls (Minnesota, EE UU), en el que se han basado para hacer la réplica digital.
El equipo de Serikoff reconstruyó el planeador usando su software de CAD 3D Catia y ahora se puede ver el vuelo del avión en realidad virtual, recreando los controles de vuelo, los físicos y los ambientales.
Tanto el LCVP como el Waco estaban hechos con madera por la escasez de acero, que se reservaba para barcos, tanques y aviones más grandes. Por su fragilidad, solo existen hoy muy pocos ejemplos reconstruidos a partir de planos mal conservados.
Para preservar este patrimonio industrial, el laboratorio ha recogido toda la información disponible que permitiera hacer las réplicas de estos dos vehículos "hasta la última tuerca y tornillo, y teniendo en cuenta los materiales utilizados y cómo se comportaban en condiciones realels. Tenemos planes de seguir mejorando nuestras simulaciones de las tecnologías de la Segunda Guerra Mundial”, dice el investigador.
El director del proyecto D-Day destaca que muchas de las innovaciones que se hicieron durante la guerra persisten hoy y “conviene no olvidar de dónde surgieron”.
Como homenaje a los ingenieros detrás de los desarrollos del desembarco, se acaba de estrenar además un documental titulado They invented D Day, dirigido por Doug Hamilton y producido por MC4, France 3, LCL y Dassault Systèmes.