En medio de un Salón Amarillo repleto, el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, entregó los premios “Eugenio Espejo” a los ecuatorianos que han sobresalido por sus creaciones, realizaciones y en general, aportes significativos a favor de la cultura y la intelectualidad ecuatoriana.
Los premiados fueron: Guillermo Ayoví, en la categoría de actividades culturales; Rafael Díaz Icaza, en actividades literarias; Luigi Stornaiolo, en actividades artísticas; José Amen Palma, en actividades científicas y a la Fundación Olimpiadas Especiales, en la categoría de organismos públicos o privados.
El Mandatario afirmó que es la libertad la que motivó a Eugenio Espejo a rechazar la injusticia en un continente tan desigual como América.
En base a esta afirmación, el Presidente describió a Espejo como “el primer pensador libre”, que amaba la verdad y vislumbraba el día de edificar la Patria Grande.
“Hoy como un acto de reconocimiento, amor y combate, debemos fijarnos como meta desenterrar del olvido lo concerniente a nuestro compatriota”, subrayó, felicitando y reconociendo el trabajo cultural, poético, musical, pictórico y deportivo, como es el caso de Olimpiadas Especiales, que en los últimos juegos de Verano lograron más de 60 medallas, quedando en el puesto 6 a nivel mundial y primeros en Latinoamérica.
En medio de su discurso, donde destacó el aporte intelectual y médico de José Amén Palma, el Presidente anunció que el próximo año, el Gobierno aspira entregar más de dos mil becas y desde 2013, por lo menos tres mil becas de posgrado cada año. “Sin ciencia y tecnología, no habrá futuro para el país”, afirmó.
El premio “Eugenio Espejo” fue establecido en 1975, cuando se declaró también al 9 de Agosto, como “Día de la Cultura Nacional”. El primer ecuatoriano en recibir esta presea fue Benjamín Carrión.
El premio consiste en una medalla simbólica, diez mil dólares y una pensión vitalicia a los galardonados de cinco salarios básicos unificados mensuales