La cuarta gala flamenca de la LI edición del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión comenzó con la actuación de Tomatito. El guitarrista almeriense, regresó al escenario de la Catedral del Cante, que tantas veces ha pisado, para representar su espectáculo “Luz de Guía”, un homenaje al que es y siempre será su referente: Camarón de la Isla. Se trata de una retrospectiva de toda la discografía de Tomatito, desde el álbum “Rosas del amor”, el primero, hasta el penúltimo que grabó junto al pianista Michel Camilo.
Tomatito comenzó su espectáculo tocando taranta y jaleos. Posteriormente interpreto unas alegrías, una versión de “Two much”, bulerías, tango argentino y una minera en la que colaboró, con su flauta travesera, el instrumentista Jorge Pardo que ha despertado los olés del público de la Catedral del Cante. Posteriormente bulerías, rumbas, tangos y soleás por bulerías interpretadas espectacularmente por el bailaor José Maya que ha levantado al público de sus asientos. El guitarrista flamenco estuvo acompañado en el escenario de Lucky Losada en la percusión, Cristóbal Santiago como segunda guitarra, Morenito de Illora y Simón Román al cante, además de la colaboración especial del hijo de Tomatito, José Fernández también a la guitarra.
Seguidamente, el toque daba paso al baile en la emotiva despedida de los escenarios de la bailaora cordobesa, Blanca del Rey, quien comenzó su espectáculo con unas alegrías, vestida con bata de cola roja realizada en piel de ángel, de 20 kilos de peso. Tras el apoteósico inicio, unos solos de guitarra para vibrar con un cante por bulerías y así dar paso a la conocida “soleá del mantón”. Blanca hizo gala de lo que siempre ha caracterizado su carrera: el baile del mantón domo si fuera un apéndice de su melena. Este mantón, negro y oro, pesa 6 kilos, tiene 120 años de antigüedad y forma parte de la colección de más de 40 mantones que posee la bailaora cordobesa. Esta despedida, también por bulerías al cierre de la actuación, la afrontó, Blanca del Rey, con una emoción sin igual, acompañada en todo momento por sus dos hijos y cinco hermanos.
Blanca del Rey estuvo acompañada en el escenario de Yeyé de Cádiz, Alfredo Tejada y Perrate, al cante y Felipe Maya, Antonio “El Muñeco” y Pino Losada, a la guitarra. Al final de la actuación el escenario de la Catedral del Cante se llenó de claveles rojos para despedir a la bailaora. Blanca del Rey se emocionaba y pedía un aplauso para su mantón “el pobrecito es muy tímido, por eso no lo saco nunca al final de una actuación. Creo que hoy se lo merece… Si de algo presumo es de mi fidelidad a los artistas de siempre que me han aguantado. Grandes maestros de la guitarra que me han hecho crecer no con el ritmo sino con la música. Me sorprende y debe servir de ejemplo que un lugar tan pequeño como La Unión ocupe un lugar tan importante en el mundo. Pensemos en su significado y en el del propio nombre”. Tras la entrega de un ramo de rosas por parte del alcalde, la bailaora se marchó del escenario a ritmo de bulerías.
La bailaora cordobesa Blanca del Rey, Premio Nacional de Flamenco, que comenzó con sólo seis años de edad a bailar, cuelga ahora el mantón para dedicarse plenamente como directora artística del Corral de la Morería, tablao flamenco emblemático de Madrid del que es propietaria, y emprender nuevos proyectos divulgativos del flamenco a través de internet.
Tras la gala, ambos artistas se dirigieron, junto al acalde de La Unión, Francisco Bernabé, a la Avenida del Flamenco para destapar sus Lámparas Mineras. Tomatito dijo “Para mi es un honor tener aquí mi nombre en esta gran Avenida de esta ciudad del flamenco por excelencia mundial. Ha sido una noche maravillosa, hacía muchos años que no venía y tenía tantas ganas de tocas que me he encontrado tan a gusto”
Por su parte Blanca del Rey ha scomentado “Ha sido una noche maravillosa. Un revuelo de sentimientos encontrados para decir adiós a algo que ha sido toda mi vida, el flamenco. En un lugar tan emblemático como es el Cante de las Minas”