El fotógrafo y reportero Gervasio Sánchez ha asegurado hoy en Santander que Wikileaks ha demostrado que los periodistas “no han hecho su trabajo” y se mostró escéptico con la labor llevada a cabo por el portal de Julian Assange, del que negó que sea la “panacea” que el mundo de la comunicación necesita.
Según afirmó, si las filtraciones hubieran sido importantes “muchos políticos habrían tenido que dejar su puesto”, algo que no ha sucedido. “Han vendido humo, humo y humo”, criticó el periodista, para quien, “en todo caso”, habría que ensalzar la figura del soldado que se atrevió a sacar la información a la luz y que “va a estar en la cárcel toda su vida”.
“Los periodistas hemos dejado de ser vigilantes del poder para convertirnos en amigos del poder”, denunció en una rueda de prensa con motivo de su participación en el Ciclo ‘El Autor y su Obra’ con el curso ‘La guerra no es un espectáculo’, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el que el reportero analiza con los alumnos el trabajo que ha ido realizando desde los años 80 hasta la actualidad.
El fotoperiodista habló de un oficio, el suyo, que se encuentra “maltratado” debido a que los profesionales no se preocuparon de “formalizar fuertes estructuras sindicales” en su momento y “olvidaron defender su profesión”. Sobre su experiencia, llevada a cabo mayoritariamente en países en conflicto, dijo tener la “suerte de haber sobrevivido”, algo que no ocurrió con otros compañeros, como Juantxu Rodríguez, a cuyo recuerdo se aferra “en momentos de duda”.
“Intento contextualizar los conflictos y denunciar el cinismo”, incidió el reportero, quien se mostró indignado por el “negocio” generado a raíz de la guerra, a la que definió como “lo peor que le puede pasar a una sociedad”, al tiempo que señaló que el mundo está lleno de “grandes contradicciones” y que son “los grandes países” y “aquellos que más hablan de derechos humanos” quienes venden las armas que permiten los combates.
El ganador del Premio Nacional de Fotografía explicó que aprendió “sobre el terreno” y de manera autodidacta, aunque tuvo la fortuna de contar con periodistas y fotógrafos que le ofrecieron “generosamente” su tiempo y gracias a los cuales fue conociendo su profesión.
Ley de Memoria Histórica y desaparecidos
Sobre su futuro, dijo estar cada vez más “interesado” en un periodismo “a largo plazo”, a pesar de que se trata de un trabajo “costoso y que exige paciencia”, y anunció que se encuentra inmerso en un proyecto sobre los desparecidos españoles de la Guerra Civil y el Franquismo, algo que ya ha hecho en otros países como Colombia o Irak.
“Será interesante ver como personas que me han alabado por mi trabajo en el extranjero me destrozan por mi trabajo aquí”, ironizó, y añadió que en España el problema de las víctimas de la Dictadura “sigue sin resolverse” debido a que “la clase política española está llena de cobardes”.
El periodista se mostró crítico con la Ley de Memoria Histórica, a la que calificó como un “desastre” llevado a cabo por un Gobierno “que se ha llenado la boca de promesas incumplidas”, y aseguró que “hay muchas exhumaciones hechas y cuerpos sin identificar”, por lo que reclamó una solución para el problema y advirtió de que “si se hace cualquier cosa en contra va a haber mucho lío”.
Entre sus otros proyectos, explicó que tiene previsto trabajar sobre los conflictos en Afganistán y Colombia, así como retratar como los efectos de la crisis en los ciudadanos más afectados, especialmente los emigrantes, a los que el Ministerio del Interior “saca a patadas” del país o encierra en centros que son “pequeños Guantánamos” sin que nadie documente nada, denunció