CGP/DICYT La conservación del urogallo cantábrico y el desarrollo de las actividades tradicionales y turísticas deben ir de la mano para tratar de asegurar la supervivencia de la subespecie en la cordillera Cantábrica. Con esta premisa, en el marco del proyecto Life+ Urogallo cantábrico, SEO/BirdLife ha elaborado tres folletos informativos destinados al sector ganadero, cinegético y turístico.
Se titulan Ganadería de montaña y conservación del urogallo cantábrico, Caza y conservación del urogallo: una convivencia necesaria, y Turismo de montaña, actividades recreativas y conservación del urogallo cantábrico. Estas guías complementan al Manual de conservación del urogallo cantábrico publicado también por la entidad en agosto de 2013.
El objetivo de estas publicaciones es ofrecer un manual de buenas prácticas que contribuya a mejorar la convivencia entre estas actividades y la conservación del urogallo. Entre los temas que se abordan en estos materiales divulgativos se encuentran la necesidad de colaborar con el sector cinegético para disminuir densidades excesivas de ungulados silvestres (caso del ciervo y jabalí, que ejercen un efecto negativo sobre el urogallo como competidores y depredadores); la peligrosidad de determinados cercados ganaderos (por el riesgo de colisión de urogallos contra los mismos) y cuya solución pasa por colocar elementos visibles en las alambradas, o la necesidad de regular actividades deportivas multitudinarias como carreras de montaña o rutas a pie y en bicicleta que atraviesen áreas protegidas.
El urogallo cantábrico es muy sensible a la presencia humana y por tanto deben evitarse actividades que les provoquen molestias en las zonas y épocas críticas: el celo, la reproducción y la invernada. Es imprescindible, además, que se respeten los planes de ordenación y gestión de los espacios naturales, y se restrinjan ciertas actividades en las zonas más susceptibles de causarles molestias. Estas áreas sensibles para el urogallo suponen una proporción muy reducida y localizada y, por tanto, permiten que haya espacio suficiente para que se puedan llevar a cabo otros usos del territorio sin que afecten a la especie.
Para lograr estos objetivos se establecen una serie de recomendaciones generales y se incide en la necesidad de trabajar conjuntamente para crear alianzas entre todos los sectores implicados en la conservación y el manejo de los diferentes espacios naturales de la cordillera Cantábrica, lo que se conoce como custodia del territorio. Este tipo de acuerdos con propietarios de terrenos persiguen la gestión mutua del pastoreo y la realización de planes concertados de caza y custodia que permita la actividad cinegética.
“Se han editado 1.000 manuales para cada sector (caza, ganadería y turismo) cuya difusión se está realizando a través de charlas en toda el área de distribución del urogallo cantábrico, en las que se abordan las buenas prácticas destinadas a compatibilizar estas actividades con la conservación de la especie y las posibilidades de aplicarlas en terrenos privados que puedan participar en el programa de custodia del territorio del proyecto Life+ urogallo cantábrico”, explica Javier Purroy, técnico de SEO/BirdLife en este proyecto Life.
Además, estos materiales también se distribuirán por correo a ayuntamientos, sociedades de cazadores y ganaderos, y a cualquier entidad que los solicite. También se repartirán por centros de interpretación de los espacios naturales de la cordillera, según la información de SEO/BirdLife recogida por DiCYT.
Custodia del territorio
Para conseguir la implicación de estos sectores en la conservación del urogallo se están organizando durante los meses de mayo y junio una serie de seminarios informativos a lo largo de toda la cornisa cantábrica. Este programa permite que cualquier propietario de terrenos pueda contribuir a la conservación del urogallo recibiendo a su vez beneficios adicionales en el marco de un acuerdo de custodia.
SEO/BirdLife defiende la necesidad de mantener las actividades económicas que se llevan a cabo en la cordillera Cantábrica y que deben ser la base de su desarrollo socioeconómico, siendo estas perfectamente compatibles con la conservación del urogallo mientras se tengan en cuenta ciertos criterios básicos para evitar perjudicar a la especie en los lugares donde sigue presente. En este sentido, la custodia del territorio se perfila como una herramienta que debe complementar a las políticas activas de las Administraciones públicas y que busquen la implicación de los habitantes de las áreas rurales en la conservación de la naturaleza como la principal fuente de recursos para sus actividades.
Entre los diferentes acuerdos de custodia firmados hasta el momento destaca el realizado con la Asociación de Cazadores del Monte, que lleva a cabo el aprovechamiento cinegético dentro del monte de utilidad pública de 190 hectáreas. Pare ello, se ha promovido la firma de un acuerdo de custodia con las juntas vecinales de Salientes, Valseco y Salentinos para la mejora del hábitat en la ZEPA Alto Sil (León).
Según Purroy, “estos acuerdos están teniendo una buena acogida, si bien es necesario seguir trabajando en explicar el concepto de custodia del territorio, que es relativamente nuevo y poco conocido todavía por un amplio sector de la población”.