Madrid (CSD).-Un Open de España de 10, redondo, espectacular y vibrante, con el mejor desenlace soñado, la victoria de un jugador español, Miguel Ángel Jiménez, ‘el Pisha’, el implacable ‘Mecánico’, el jugador del puro –lo que se fuma tras las gestas y los que emboca en los greenes–, el golfista que a sus 50 años agota los calificativos elogiosos como consecuencia de su magia continua, de su arte, de su golf. Y todo ello con un desenlace trepidante, tres jugadores desbocados en pos de un título que acabó en manos de Miguel Ángel Jiménez, gloria suprema que recordó, en un primer momento, al histórico playoff que llevó a Raphael Jacquelin, hace ahora doce meses, a levantar el trofeo de campeón.
En esta ocasión, sin embargo, a pesar de que el Open de España se ha abonado a definirse más allá incluso del último suspiro en los dos últimos años, todo se resolvió a la primera, cuando el ambiente bullía, con una tensión a flor de piel que sólo los más grandes y expertos, como Miguel Ángel Jiménez, son capaces de negociar. El malagueño alivió a lo grande un déficit curricular que perseguía desde hacía mucho tiempo. Racial y patriota hasta la médula, a Miguel Ángel Jiménez le faltaba en su ilustrísimo palmarés el triunfo en el Open de España, una muesca en su cinturón de éxitos que ya luce con tremendo orgullo, motivación más suficiente para sacar otro nuevo puro de su bolsa, encenderlo con parsimonia y brindar metafóricamente con las miles de personas que le han apoyado durante todos estos días en el PGA Catalunya Resort.
Y es que, además, del triunfo, Miguel Ángel Jiménez se llevó el cariño de todos, esa particular forma de entender el golf que traspasa fronteras. Su triunfo, su esperado y deseado triunfo, se fraguó además con pronunciados ribetes de dramatismo, dudas e incógnitas salpicadas aquí y allá en su último recorrido que engrandecieron más si cabe su última victoria.
Con el joven Thomas Pieters como compañero de partido estelar, el malagueño marcó pronto el territorio, ya con birdie en el primer hoyo, demostración palpable de que desde el primer momento iba a por todas. El belga, con vitola de líder en el tee del 1, perdió esa honorable condición por culpa de tres bogeys consecutivos entre los hoyos 2 y 4, momento aprovechado por el célebre MAJ para acceder a la atalaya más elevada, con el australiano Richard Green pegado a su cogote, ambos empatados al paso por el ecuador de la vuelta, punto crítico para el golfista malagueño.
Sendos bogeys en los hoyos 9 y 10 supusieron un parón importante en la fulgurante carrera de Miguel Ángel Jiménez hacia el título, tropiezos consecutivos que dieron alas a Richard Green, inicio de un toma y daca continuo entre ambos del que asimismo tomó parte Thomas Pieters, persistente en su negativa a quedarse fuera de la lucha por el título. Con la tensión a flor de piel, dos hoyos resultaron clave en el desenlace de una histórica tan frenética como apasionante. En el 14, Richard Green, primero en el rough antes de cometer triple bogey, luchó con denuedo por recuperar el terreno perdido y sumarse a un mano a mano en apariencia exclusivo entre la experiencia y la juventud pujante, entre Miguel Ángel Jiménez y Thomas Pieters, entre el golf consolidado y el golf todavía por construir.
El belga, todo descaro, le planteó a Jiménez su reto más grande, un eagle en el hoyo 15 que reprodujo un nuevo empate entre ambos en lo más alto de la clasificación. A partir de ahí, dramatismo, tensión exacerbada, agonía, centenares de uñas mordidas en el perímetro de las calles y los greenes por parte de miles de aficionados ansiosos del triunfo de Miguel Ángel Jiménez, que tropezó como Thomas Pieters en el hoyo 17, oportunidad brindada en bandeja para Richard Green, que se sumó a un playoff de desempate taquicárdico.
Y fue ahí, en el momento cumbre, cuando Miguel Ángel Jiménez, paciente y sereno, espectador de lujo de golpes de putt temblorosos por parte de sus rivales, se fumó un nuevo puro, su triunfo número 21 en el Circuito Europeo, su triunfo número 1 en el Open de España, número 1 para un jugador número 1.
Foto: Federación Española de Golf