Por Marta Lamas*/Mujeresycia.-La semana pasada di una formación en Igualdad de Oportunidades a unos alumnos de MBA en la EOI, el grupo estaba formado por 20 jóvenes ingenieros, menores de 30 años. Cuando les pregunté sobre qué significaba para ellos la igualdad de oportunidades, me hicieron referencia a la discapacidad y la inmigración. Cuando les pregunté sobre la igualdad de oportunidades referidas a género, la respuesta fue generalizada "eso ya está superado".
Y me hice una reflexión interna, ¿será que las y los que hablamos de igualdad estamos ya "para sopitas"? ¿Somos de otra generación y hablamos del pasado? Me gustaría poder inclinarme hacia esta opción, que ya está todo superado, y esos jóvenes que no llegan a los treinta años tienen razón.
Cuando fuimos desgranando los datos, se dieron cuenta que - "del todo, no estaba superado", su respuesta era..."esos datos son de otra generación". Los datos son tozudos y poco a poco empezaron a reflexionar e identificaron "que algo no estaba bien del todo", pero ¿por qué si está todo superado, los datos indican que no está todo superado?
Todo les parecía lejano e irreal, ¿de verdad hay tantas diferencias? ¿De verdad hay una campaña en Europa para la igualdad salarial? ¿Para qué sirve una Ley de Igualdad entre hombres y mujeres, si todos somos iguales?
Cuando empezamos a hablar de maternidad, identificaron algunas diferencias, y todos abogaron por una maternidad y una paternidad igualitaria, unos defendían que debían poder elegir si era el padre o la madre; otros que el padre y la madre deberían pasar el mismo tiempo con el bebé...ante la pregunta: ¿Creéis que penaliza en el ámbito profesional la maternidad de cuatro meses frente a la paternidad de quince días? ¿Creéis que estar fuera de la oficina durante ese tiempo te penaliza? Ahí empezó el debate, y se plantearon que quizá si había diferencias.
Empezaron a desgranarse historias de conocidos; los que tenían compañeros de trabajo que siendo ella mujer no podía viajar tanto por tener niños, la que salía antes para recoger a los niños...y había una constante: "la mujer"; hermanos y hermanas, que tenían hijos y alguna vez habían comentado lo complicado de los horarios, de las vacaciones... y volvíamos a una constante, la mujer ...¿y el padre?, pregunté. Silencio... ¿deberían ser los dos a los que se enfrentasen a esos mismos problemas? Ahí introdujimos un nuevo concepto, la corresponsabilidad. Su respuesta fue que cuando ellos tuviesen hijos que ellos se responsabilizarán del cuidado de los niños, a partes iguales, que ambos se repartirán las tareas del hogar y acudirán a llevar y recoger a los niños sin distinción. Volvía a ser un problema del pasado, pero ya no tan lejano, lo veían en el día a día de su trabajo.
Me gustaría pensar que educando y sensibilizando a los jóvenes, podamos cambiar la historia ¿Perjudica la maternidad y el cuidado de niños el trabajo diario? Y hablamos de flexibilidad horaria y espacial, de horarios respetuosos con la vida familiar.... ¿Cuántas mujeres abandonan su carrera profesional por cuidado de hijos? ¿Cuánto ha costado la educación y la carrera de una mujer que deja el mercado laboral para poder atender a sus hijos? Eso les tocó de lleno a las seis ingenieras de la clase, su respuesta fue, "quizá ciertas medidas sean necesarias" si los datos continuamente están alertando de que algo falla.
¿Cuánto le cuesta al Estado que la mujer deje de cotizar? ¿Y toda la inversión en tu formación? ¿Lo tiramos por la ventana? Algunos ya empezaron a entender la necesidad de las medidas...aunque todos estaban convencidos de que a ellos no les iba a ocurrir....
Me recordó a cuando estudiaba "Historia de una escalera", de Antonio Buero Vallejo ¿Se repetirá la historia? ¿O existe la posibilidad de cambiarlo, y tener nuevas oportunidades? ¿Podremos no repetir la historia de nuestros padres?
Me gustaría pensar que educando y sensibilizando a los jóvenes, podamos cambiar la historia, y que "Igualdad de Oportunidades" sea una asignatura que forme parte del antiguo plan de estudios, porque ya tendremos interiorizados conceptos como corresponsabilidad, flexibilidad, horarios respetuosos con la vida familiar ... Aun así la realidad es tozuda, y se repite.
¿Será verdad que ya estoy para sopitas? ¿Y que la igualdad ya está superada? Algo me dice que aún tenemos mucho camino que recorrer.