Tras el brutal asesinato de 16 civiles, tres de ellos miembros de Médicos Sin Fronteras (MSF), en el hospital de Boguila el 26 de abril, la organización médico-humanitaria ha decidido reducir sus actividades tanto en la República Centroafricana (RCA) como en los proyectos de atención a refugiados centroafricanos en los países limítrofes. Esta acción es una medida de protesta que se limita a una semana, aunque durante ese periodo de tiempo sí se atenderán los casos graves y las emergencias médicas. MSF pretende manifestar así su indignación a la vez que reevaluar las condiciones de trabajo de sus equipos y su impacto sobre las actividades médicas en el país.
“Exigimos al gobierno de transición de la RCA y a todos los grupos armados que condenen públicamente este cruento ataque”, exclama Arjan Hehenkamp, director general de MSF. “Pedimos a todos los grupos armados del país que, en los territorios bajo su dominio, asuman su responsabilidad hacia la población civil y que se comprometan públicamente a controlar sus tropas y a respetar a civiles y trabajadores humanitarios. Asimismo, pedimos al Gobierno de transición que, apoyado por las fuerzas militares internacionales, cumpla con sus compromisos para la protección de la población civil”.