Más de 3.600 personas desplazadas en la ciudad de Jilib (valle del Bajo Juba), al sur de Somalia, recibieron artículos de higiene y cobijo del equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la vecina Marere, donde gestiona un programa nutricional terapéutico para niños desnutridos
"Oímos decir que en Jilib había un campo de desplazados donde se distribuía comida y eso nos hizo emprender nuestro viaje", cuenta una madre de seis hijos recién llegada que recorrió más de 230 kilómetros hasta allí. “Queríamos ir a los campos de refugiados de Kenia, pero no pudimos pagar el transporte hasta tan lejos. En su lugar, llegamos a Jilib, esperando recibir asistencia”, explica. "Teníamos vacas, pero la sequía acabó con nuestro ganado hace cuatro meses. Cuando perdimos nuestras dos últimas vacas, nos fuimos andando de nuestra aldea y tardamos 15 días en llegar a Jilib".
La distribución de artículos de higiene y lonas de plástico para cobijo son materiales básicos para estas personas que se ven obligadas a vivir al raso. El equipo de MSF también distribuyó mosquiteras para prevenir la propagación de la malaria. En el hospital de Marere, un número cada vez mayor de pacientes necesita tratamiento antipalúdico.
En el centro de nutrición terapéutica de Marere actualmente hay 101 niños con desnutrición severa y complicaciones médicas ingresados, mientras otros 740 niños desnutridos menos graves reciben tratamiento en centros nutricionales ambulatorios de Marere y sus alrededores. MSF está intentando ampliar sus servicios médicos y nutricionales para atender las crecientes necesidades en Somalia.
MSF trabaja de forma ininterrumpida en Somalia desde 1991. Más de 1.400 trabajadores somalíes, apoyados por 100 trabajadores internacionales en Nairobi, dispensan atención primaria de salud, tratamieto nutricional, asistencia a desplazados, cirugía, suministro de agua y artículos de primera necesidad en nueve emplazamientos del sur y el centro de Somalia.
MSF no acepta financiación de ningún gobierno para sus proyectos en Somalia. Todos sus fondos proceden de donantes particulares.
FOTO: MSF