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Por las pintorescas calles y en el parque principal de la ciudad de Córdoba en Veracruz, la mezcla entre cultura y música emerge.Por los Portales de Córdoba es de lo más común escuchar sones jarochos y marimbas, sin embargo, el sonido de un saxofón que se funde con las congas, una batería, la guitarra, el bajo y el teclado ofrece a la ciudad un sonido poco conocido.
Es el colectivo Jazz en Córdoba, una agrupación de estudiantes universitarios que buscan llevar el jazz a lugares en donde no se ha tocado.
Emprendiendo giras de “jazz urbano”, como lo denominaron, el ensamble jazzístico ha llevado este género a mercados, parques, escuelas, calles y a la central camionera de la ciudad, tocando gratis, solo por el gusto de dar a conocer el jazz.
Su próxima meta es llevar el jazz a casas hogares, asilos y cárceles.
Una vida profesional en el jazz
El colectivo está conformado por seis músicos, cuatro de ellos: Luis Calatayud en el saxofón, Martín Valerio en las percusiones, Omar Amadeus en la batería, Daniel Rebolledo en el bajo, tienen alrededor de 20 años; Jaime Reyes en el piano y Carlos Manzo en la guitarra.
José Luis y Martín estudian actualmente en el Centro de Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana, un proyecto emprendido en 2008 que busca la interacción y creatividad de este género.
Buscan hacer del jazz, la forma de vivir la vida, un movimiento de revolución.
Una forma de vida, un mismo lenguaje
Para el colectivo, el jazz es el género más libre que existe. Es una forma de vida y de pensamiento, representa un movimiento social.
Consideran que el jazz es un arma y un arte con el que buscan cambiar la ideología de las personas, luchar y reventar.
Tiene un lenguaje que lo hace ser “el papá de los géneros” pues está metido en todos lados. Lo que también lo hace especial es que es evolutivo.
Afirman que el jazz tiene un lenguaje universal pues aunque no se conozca a la banda con la que se va a tocar, el jazzista es capaz de acloparse pues interpretan el mismo lenguaje.