Este combustible era enviado casi en su totalidad a Japón, pero a raíz del tsunami y terremoto de marzo pasado, el gobierno británico decidió que no permitirá que esta central siga operando.
El nuevo reto para el Reino Unido es que está política se aplique también a los planes, aún vigentes, de construcción de otras centrales nucleares, que por ahora no han sido cancelados.
Greenpeace espera que también en México se dejen de usar tecnologías del pasado y se siga el ejemplo de naciones como Suiza, Alemania, Italia o España, que ya están eliminando la energía nuclear de su matriz energética.
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Una voluntaria de Greenpeace sostiene una postal con el texto irónico "Sellafield, Wish you weren't here" y el símbolo nuclear frente al edificio del Parlamento de la Unión Europea durante una acción de Greenpeace, en la cual especialistas en radiación entregaron muestras de residuos radiactivos recogidos en Sellafield, Reino Unido. Julio, 2010. © Philip Reynaers / Greenpeace