La soprano Isabel Rey ha lamentado hoy en Santander que, en la actualidad, reconocerse “amante” de cualquier arte o disciplina “cause risa” en el interlocutor que no comparte aspiraciones de esa índole. “Cuando era niña y cantaba, mis compañeras de clase se morían de la risa, era frustrante”, confesó la solista.
En este sentido, criticó que parece que la sociedad solo muestra interés por “la vida privada de desconocidos, por ganar dinero rápido y tener poder”. Así, comentó que “se ha olvidado” que el ser humano posee una “sensibilidad innata” por la que puede apreciar “muchas más cosas de las que queremos de verdad”.
Así lo señaló Rey en una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con motivo de su participación en el Encuentro ‘Lo que la voz revela’, en la que intervino junto a la profesora de la Universidad de Aveiro Filipa Lã y la investigadora del CSIC y directora del curso Carolina Pérez Sanz.
La soprano subrayó que la música es un “lenguaje” y una “disciplina importantísima que se está dejando de lado” porque, según dijo, en la actualidad se vive “muy deprisa” y se tiende a “focalizar” los estudios y la atención en “las cosas del ya”. En esta línea, explicó que la música requiere “tiempo de aprendizaje, de comprensión y de poso en el cerebro”, igual que materias como, por ejemplo, las matemáticas.
Rey mostró su desacuerdo con ese abandono del aprendizaje musical y consideró “muy interesante” para la memoria de los estudiantes incluir la música en el colegio, no de la forma en que se orienta actualmente que, a su juicio, es “tocar la flauta y martirizar a la familia”, sino que los alumnos aprendan a “escuchar y distinguir la música”.
“Alguien que no ha escuchado nunca una ópera puede pensar que es un rollo”, comentó Rey, quien agregó que se requiere una “sensibilidad especial” para apreciar este género igual que para apreciar a grupos como Coldplay, una virtud que reconoció no tener. Así, matizó que si los niños en las escuelas tuvieran contacto con este género, llegaría un momento en el que la música clásica llegaría a convertirse en “patrimonio del gran público”.
Por su parte, la profesora de la Universidad de Aveiro describió a los cantantes de ópera como “atletas de alta competición” que tienen que “trabajar con sus emociones” y, además, “hacer arte y percutir una respuesta emocional en el público”.
Asimismo, expuso que diversos estudios han demostrado la importancia del aprendizaje de la música y de un instrumento musical para el desarrollo de “otras formas de inteligencia”, como la espacial. Según Filipa Lã, otras investigaciones han revelado los beneficios de cantar en conjunto para promover la calidad de vida porque, explicó, se usa “todo el cuerpo, la parte respiratoria y la emocional” y, si se hace en grupo, también “el ámbito emocional”