El Centro Niemeyer renovará la próxima semana su oferta gastronómica sobre la base de la gestión directa de la misma por el equipo directivo del Centro, que contará para ello con distintos asesoramientos profesionales. Tal cambio se enmarca en una estrategia general por parte de la dirección de pasar a gestionar de forma directa todos los espacios del Centro Cultural, sean o no susceptibles de explotación económica, a fin de dotar a toda la oferta del Centro de unidad, y concertar estrategias de cara a la autosostenibilidad económica del equipamiento.
El Centro Niemeyer siempre ha considerado a la gastronomía parte fundamental de su espíritu y una pieza básica de su oferta cultural y de contacto con el visitante. Morán Gastronomía dejará de gestionar los espacios gastronómicos, si bien seguirá vinculada al Centro a fin de abordar otros proyectos empresariales; tanto la dirección del Centro Niemeyer como la de la sociedad Morán Gastronomía han llegado a un acuerdo que permite el cambio de oferta sin menoscabo del servicio al cliente, y ambos valoran muy positivamente la experiencia. De hecho la dirección del Centro es consciente del nivel del reto de proseguir la tarea realizada por los Morán, a los que considera los restauradores más prestigiosos de Asturias y que han hecho un excelente trabajo en la puesta en marcha de los espacios gastronómicos del Centro Niemeyer.
El trabajo y profesionalidad de Morán Gastronomía han permitido poner en marcha en un tiempo record todos los espacios gastronómicos del Centro, y han sido los mejores embajadores que un Centro Cultural de relevancia internacional pudiera imaginar. La innovadora idea de considerar a la gastronomía parte de la cultura, y como consecuencia, parte fundamental del Centro, aconseja que el equipo directivo la explote de forma directa, tanto a nivel económico, como cultural, y con ello seguir caminando en el objetivo de excelencia y autosostenibilidad que guía todas las actividades del Centro Niemeyer.
Por otra parte, la dirección del Centro no olvida que, hasta que no se acuerde la cesión de las instalaciones, la prudencia en relación a la contratación con terceros debe gobernar su gestión, por lo que debe orientar su actuación tan solo en el horizonte de final de año, lo que imposibilita a posibles concesionarios externos asumir inversiones que necesitan un plazo más amplio para poder ser rentabilizadas.