El PSOE logró hoy la aprobación de los créditos extraordinarios por valor de 343 millones, con el único apoyo del PP en la Junta General.
La presidenta y portavoz del Partido Popular de Asturias, Mercedes Fernández, ha argumentado hoy, ante el Pleno de la Junta General del Principado, las razones por las que el PP apoya las tres leyes de crédito extraordinario aprobadas por el Parlamento asturiano, que permitirán movilizar para la región 350 millones de euros, unos 57.000 millones de las antiguas pesetas. "En los tiempos que nos ha tocado vivir no hay soluciones magníficas, pero sí soluciones posibles", expuso Mercedes Fernández en su discurso. "Votar en contra de estos créditos sería, simple y llanamente, decir a los asturianos que el Parlamento determina el cierre presupuestario para tantas personas que, gracias a ellos, podrán mejorar un poco su situación respecto al día de ayer", aseveró.
En la tribuna de oradores la presidenta expuso las "razones políticas" que han llevado al PP a dar el sí a estos proyectos "por responsabilidad". "En la oposición uno no suele retratarse, sino que se juega con frases huecas, pero creemos que, aún no siendo nuestros proyectos, hay determinados momentos en la política, y en la vida, en que se requiere altura de miras y dar respuesta a necesidades que, al final, suponen movilizar recursos suficientes para que Asturias no se pare", explicó Mercedes Fernández.
Que, gracias a estos 350 millones de euros, haya asturianos que puedan mejorar su situación, "aunque sea un mínimo avance, nos parece razonable, porque lo requieren los tiempos", continuó la presidenta. La región, razona, no puede permitirse continuar con políticas y discursos alejados de los "nuevos tiempos". Los asturianos requieren "políticas modernas, elaboradas de una forma más inteligente, sensible y solidaria".
En su intervención, Mercedes Fernández fue desmontando los argumentos de los grupos de Izquierda Unida y UPyD, que tras dar al socialista Javier Fernández "la mayor confianza que se puede dar, con los votos que él no tenía para convertirse en presidente", ofrecieron un discurso alejado del interés general de los asturianos, "con un rosario de quejas y sinsabores partidarios".