Un año más, el martes 8 de abril de 2014 conmemoramos el Día Internacional del Pueblo Gitano. Una fecha para la celebración, para hacer más visible la unidad y la diversidad de los gitanos y gitanas de todo el mundo y las importantes aportaciones romanís a la cultura universal. Un día para buscar la solidaridad, el apoyo y el afecto del conjunto de la sociedad.
Una fecha también para recordar la historia del pueblo gitano y su recorrido europeo desde la India, y a aquellos gitanos y gitanas que fueron víctimas del genocidio nazi y de distintas persecuciones a lo largo de los siglos.
Este 8 de abril de 2014 es además importante por lo ocurrido en Europa en el último año y por la cercanía de unas elecciones al Parlamento Europeo. Aunque hemos visto importantes avances en los últimos años, en políticas de inclusión y de igualdad de trato, con el impulso de las instituciones europeas, estos avances son todavía muy frágiles para la comunidad gitana y con poco impacto real en las vidas de muchas familias que siguen padeciendo situaciones de exclusión y pobreza extrema. La plena ciudadanía e incorporación social en la Unión Europea continúa siendo una reclamación vigente.
Seguimos viendo episodios de rechazo y expulsiones, con ejemplos muy cercanos, como el simbólico caso de la niña Leonarda Dibrani o las inadmisibles declaraciones del Ministro de Interior francés. Continuamos asistiendo a una flagrante carencia de garantías en la igualdad de trato y en la libre circulación, o presenciamos en algunos países ataques violentos y escolarizaciones segregadas. Vemos cómo se criminaliza, desaloja y expulsa a familias de un Estado a otro sin garantizar los derechos humanos universales. Siguen produciéndose registros por perfil étnico y declaraciones institucionales que estigmatizan la imagen de estas personas e incitan a la discriminación y el rechazo. Vemos, en fin, con gran preocupación, cómo está aumentando en Europa el estereotipo del gitano como una carga social, el antigitanismo, los ataques racistas y el discurso del odio.
La cuestión gitana en Europa dista aún mucho por resolverse. La situación que siguen padeciendo millones de personas gitanas en la UE está poniendo en cuestión la validez del propio proyecto europeo. Un proyecto, un ideal, basado en la igualdad, la justicia social y la solidaridad del que vemos cómo muchos Estados pretenden hacer una excepción con los gitanos incumpliendo no solo esos ideales, sino también los Tratados, las Directivas y los diversos cuerpos normativos de los que nos hemos dotado para consolidar una Europa comprometida con la defensa de los derechos de las personas.
En España, tenemos además que recordar, un año más, los terribles efectos de la crisis en las personas más vulnerables, entre ellas, muchísimas familias gitanas. Contamos en nuestro país con una buena trayectoria en las políticas de inclusión de la comunidad gitana, en muchos aspectos considerada modélica para otros, pero al mismo tiempo estamos viendo cómo cada vez hay más desigualdad, cómo las respuestas a la crisis, los recortes y la falta de inversiones, están afectando cada día más, y con más dureza, a los más desfavorecidos.
La Estrategia Nacional de Inclusión de la Población Gitana apuesta por 4 prioridades, en las que se asienta el Estado de Bienestar y que requieren la implicación de todas las administraciones públicas involucradas: el Empleo, con políticas específicas que promuevan el acceso al mercado laboral; la Educación, con políticas que garanticen la finalización del periodo obligatorio de la enseñanza; en Vivienda, con políticas que combatan la segregación residencial y en Salud, con políticas que garanticen el acceso en igualdad al sistema sanitario.
Junto a esto, también es necesario avanzar en la defensa de las víctimas de discriminación a través de la aplicación más efectiva de la legislación sobre igualdad de trato y no discriminación y en la garantía del derecho a una imagen social digna de la comunidad y de las personas gitanas.
En este 8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano de 2014, dedicamos el cartel conmemorativo a “La llegada de los gitanos a España”, hace aproximadamente seis siglos. Nos gustaría que esta celebración, manteniendo su sentido de recuerdo y respeto hacia las víctimas de tantas persecuciones, pudiera ser cada año un poco más festiva y cultural, y menos reivindicativa y de denuncia, pero los tiempos que nos toca vivir no están, por el momento, ayudando mucho.
Es por tanto imprescindible que todos pongamos nuestro empeño, las instituciones europeas, los gobiernos (estatal, autonómicos y locales), las ONG, la sociedad civil… para avanzar en políticas más activas de inclusión y en el fortalecimiento del Estado de Bienestar con el fin de garantizar la igualdad de oportunidades para todos y reducir la brecha creciente de la desigualdad.