Ya está disponible en España la primera terapia biológica para el cáncer de ovario avanzado. Tras la autorización por parte de la Agencia Europa del Medicamento (EMA) en diciembre de 2011, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha autorizado el uso de (Bevacizumab) en el Sistema Nacional de Salud (SNS) para tratar un tumor del que se diagnostican cada año unos 3.000 nuevos casos en nuestro país. En el 75% de los casos el diagnóstico se produce cuando la enfermedad ya se encuentra en fase avanzada. Precisamente son estas pacientes las que podrán beneficiarse de añadir este medicamento a la quimioterapia como tratamiento de primera línea tras la cirugía. El visto bueno de las autoridades incluye una segunda indicación al poder utilizarse también en mujeres que han recaído.
Las innovadoras terapias basadas en el conocimiento de la biología molecular y diseñadas para actuar sobre nuevas dianas se han ido incorporando al tratamiento de un número creciente de tumores. Sin embargo, no se disponía aún de ninguna de ellas para el cáncer de ovario, precisamente uno de los más necesitados de opciones eficaces, limitadas a la cirugía y la quimioterapia. Como indica el doctor Antonio González Martín, presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario (GEICO), había una “verdadera necesidad médica no cubierta” porque el tratamiento del cáncer de ovario prácticamente no ha cambiado en los últimos años. “La pieza clave continúa siendo la cirugía, cuya realización por parte de especialistas en el tumor resulta esencial y, en segundo término, la quimioterapia cuando la enfermedad está avanzada. Pero es que íbamos camino de cumplir dos décadas disponiendo casi únicamente de una combinación de quimioterapias. Con Bevacizumab damos un salto cualitativo que necesitábamos: llega el primer fármaco en más de diez años.
Profesionales y pacientes podemos felicitarnos por poder acceder a un medicamento que puede cambiar en parte la historia natural de la enfermedad”, asegura el doctor González Martín, que es también el jefe del Servicio de Oncología Médica del Centro Oncológico MD Anderson de Madrid.
El doctor Andrés Poveda, director del Área Clínica de Oncología Ginecológica del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), califica igualmente de “gran noticia” la aprobación española de Bevacizumab. “Supone poder utilizar una terapia bien tolerada, que actúa de forma diferente a la quimioterapia y que aporta más supervivencia pero también mejor calidad de vida. Porque el medicamento proporciona más tiempo sin que la paciente recaiga y eso, no recaer, vivir sin síntomas y sin necesidad de un nuevo tratamiento, es lo que más preocupa a estas pacientes con la enfermedad avanzada. Un beneficio muy significativo a un coste de toxicidad bajo”, resume este experto, que es además uno de los Directores del grupo mundial GCIG.
Lo más importante, en palabras del doctor González Martín, “es que la paciente va a vivir más tiempo sin recaer. Eso tiene un impacto favorable sobre su vida cotidiana. Con una terapia, como Bevacizumab, con pocos efectos secundarios, podemos retrasar el momento en que desafortunadamente tendrá que volver a recibir una quimioterapia y, por tanto, estamos demorando todo lo nocivo que ello conlleva.
La calidad de vida es una prioridad en el manejo de al enfermedad. Como recuerda el doctor Poveda, en el último consenso mundial sobre este tumor se estableció el tiempo sin síntomas como una de las variables más significativas a la hora de valorar el estado de una paciente. “Las investigaciones con el antiangiogénico muestran un incremento en el número de respuestas, con la consiguiente disminución del tamaño del tumor. Así remite la sintomatología y eso es traduce en mayor bienestar para la paciente. Hay además subestudios con Bevacizumab que han puesto de relieve que su uso favorece la disminución de la ascitis, que es una acumulación de líquido en el abdomen que puede aparecer en enfermedad avanzada, reduciéndose e incluso desapareciendo la necesidad de hacer punciones”, explica el doctor Poveda.
Ambos especialistas coinciden en destacar que el perfil de paciente más beneficiada por la incorporación de Bevacizumab al arsenal terapéutico es el de aquellas denominadas de alto riesgo que no han recibido tratamiento previo y con la enfermedad extendida fuera de los ovarios o que afecta a otros órganos. Se trata del octavo tumor más común y la séptima causa de muerte por cáncer en mujeres en todo el mundo. Cada año, se diagnostica la enfermedad a unas 220.000 y cerca de 140.000 fallecerán por este motivo.