"La mejor forma de lograr la legalización y no criminalización internacional de la coca es impedir que crezcan los cultivos ilegales", subrayó el presidente Evo Morales Ayma.
Dijo que había emprendido una batalla internacional para lograr que se respete la coca y el masticado de la hoja, por lo que deben sumarse a la misma todos los bolivianos y ciudadanos de otras naciones donde la hoja es consumida.
El Mandatario enfatizó que por ello los productores de coca deben respetar el acuerdo que determinó que cada uno de los afiliados de las Federaciones del Trópico del departamento de Cochabamba solamente cultiven en un espacio de 1.600 metros cuadrados.
"Hay que respetar el cato de coca e impedir que crezcan los cultivos que salen de la legalidad", anotó Morales, al destacar que las dirigencias de las Federaciones de productores han puesto en marcha un control social para impedir ese extremo.
"Aquellas personas que no respeten el acuerdo del cato de coca deben ser sancionadas porque ponen en riesgo a la propia hoja de coca", señaló.
"No respetar el cato de coca es ser enemigo de la propia hoja de coca", anotó.
Morales manifestó que existe el convencimiento de que si toda la coca que se produce fuera al mercado legal, no habría limitaciones para su cultivo.
Sin embargo enfatizó que, lamentablemente, "no toda la coca va al mercado legal, sino que la excedentaria abastece a la elaboración de cocaína a cargo de grupos delictivos".
Reiteró que, por esa razón, no puede haber el cultivo irrestringido de coca en Bolivia.
Puso como antecedente la lucha que llevaron en el pasado los productores de coca contra la política de los Gobiernos neoliberales que querían eliminar, no solamente la producción de coca, sino quitar las tierras a los propios pobladores de la zona de El Chapare.
Dijo que en especial el Gobierno del entonces presidente y empresario minero, Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997) "quería entregar las tierras de los productores de El Chapare a empresas extranjeras para su explotación y cultivo de otros productos como plátano, palmito, maracuyá, macadamia y piña".
Señaló que los productores de coca se organizaron y se opusieron a esa política y realizaron masivas marchas a La Paz para reclamar al Gobierno, lo que generó un sentimiento de respaldo de la población.
Reiteró que el Gobierno seguirá adelante con su lucha para evitar la criminalización internacional de la coca, que en su estado natural no es una droga y que, contrariamente a sus detractores, estudios de institutos internacionales establecieron que posee propiedades alimenticias y para la salud.
Puntualizó que la determinación de los productores de hojas de coca de llevar adelante un control, social para evitar un incremento de los cultivos ilegales de coca ha generado la aceptación y el respeto internacional.
"Antes ese control lo llevaban los gobiernos neoliberales con políticas de represión a los campesinos, mientras que ahora es ejercida en consenso y en forma pacífica por los propios sindicatos de productores de coca", enfatizó.
El Presidente ha recorrido desde el sábado diversas poblaciones de El Chapare donde hizo entrega de obras.
En la Central Isiboro A entregó el domingo un coliseo deportivo con tinglado, un campo de juego múltiple y una cancha de pelota frontón. La construcción del coliseo demandó una inversión de un millón de bolivianos (150.000 dólares) provenientes del programa de desarrollo Bolivia Cambia, Evo Cumple