Asturias.-Una dieta rica en frutas y verduras podría reducir la mortalidad hasta un 6% e incrementar la esperanza de vida en 1,12 años, según las conclusiones de un estudio europeo sobre nutrición, cáncer y salud (EPIC) en el que ha participado Asturias.
Los investigadores han analizado la relación entre el consumo habitual de frutas y verduras y la mortalidad general, cardiovascular y por cáncer. Para ello, examinaron a más de 450.000 personas de mediana edad, previamente sanas y pertenecientes a diez países europeos, a las que siguieron durante una media de once años para averiguar los efectos de un consumo habitual de frutas y verduras. En el estudio participaron 8.542 personas residentes en Asturias.
Los investigadores detectaron que quienes consumían menos de 250 gramos al día de frutas y verduras presentaban, en conjunto, un riesgo de muerte un 10% superior y fallecían, por término medio, 1,12 años antes que los que ingerían más de 568 gramos diarios. Los resultados estaban ajustados por actividad física, nivel educativo, consumo de tabaco, alcohol y carne procesada e índice de masa corporal, por lo que estos factores no influyen en el resultado.
El estudio comprobó que el consumo de frutas y verduras es superior en los países del sur de Europa (Grecia, España, Francia e Italia) que en los del norte y el centro (Suecia, Noruega,Dinamarca, Holanda, Alemania). El Reino Unido, por su parte, ocupa una posición intermedia.
De este modo, se concluyó que incrementar el consumo diario en 200 gramos adicionales de una combinación de frutas y verduras permitiría reducir el riesgo de muerte entre un 3 y un 6%, aunque la relación no es lineal. También se comprobó que la ingesta de más de 400 gramos al día no consigue una reducción adicional.
Atendiendo al efecto de los distintos componentes de la dieta, los investigadores detectaron que el consumo de verduras, especialmente crudas, conseguía el mayor efecto en ambos sexos, mientras que el consumo de frutas únicamente tenía efecto protector en las mujeres. En concreto, añadir 100 gramos al día de verduras (el contenido que cabe en una taza grande de desayuno, si es cruda, o media taza, si es cocinada) reducía la mortalidad entre un 3 y un 5% en ambos sexos, mientras que añadir al consumo 100 gramos diarios de fruta (el equivalente a media manzana) no obtenía beneficios estadísticamente significativos.
La reducción de la mortalidad observada se debió principalmente a la caída de las enfermedades cardiovasculares, sin que se apreciase un efecto estadísticamente significativo sobre la mortalidad por cáncer en el periodo estudiado.
Para obtener más información sobre el artículo se puede consultar la revista American journal of epidemiology.
FOTO: Como consecuencia de una alimentación rica en frutas y verduras, el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular se reduce un 15%. / Prescott PymFOTO: Como consecuencia de una alimentación rica en frutas y verduras, el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular se reduce un 15%. / Prescott Pym