Greenpeace alerta de los 'furibundos ataques' de las eléctricas a las renovables

Greenpeace alerta de los furibundos ataques de las eléctricas a las renovables

Un informe de Greenpeace explica que la oposición de las grandes eléctricas a las renovables se debe a sus propios errores estratégicos

 

El rechazo de las grandes compañías eléctricas europeas al establecimiento de objetivos europeos de energías renovables para 2030 es debido a su incapacidad de adaptar sus modelos de negocio obsoletos ante los profundos cambios estructurales del mercado energético, según concluye el informe "Atrapados en el pasado: Por qué las grandes compañías eléctricas europeas temen el cambio".

Greenpeace ha presentado este análisis ante las reuniones de los ministros europeos de Medio Ambiente (3 de marzo) y de Energía (4 de marzo), que por primera vez van a discutir el paquete de políticas de clima y energía para 2030 propuesto por la Comisión Europea.

El informe revela hasta qué punto los gigantes eléctricos europeos están agobiados por el exceso de inversiones en centrales de gas y de carbón, mientras siguen pasando por alto las oportunidades de negocio en el creciente sector de las energías renovables. Según el estudio, estas compañías no han sido capaces de adaptarse a nuevas realidades de mercado, perdiendo medio billón de euros en cinco años, y necesitan un cambio fundamental en su forma de hacer negocio.

" Los furibundos ataques de las eléctricas contra las renovables se deben a sus propios errores estratégicos: decidieron invertir masivamente en generación fósil mientras se desarrollaba una verdadera revolución renovable impulsada por las políticas europeas de clima y energía. Pero esas políticas sólo eran el primer paso ante el descomunal reto del cambio climático, por eso ahora que se debaten los objetivos para 2030, los gobiernos deben estar a la altura para modernizar el sistema energético, mediante renovables y eficiencia, y no encubrir los errores de inversión de las eléctricas", ha declarado José Luis García Ortega, responsable del área de Cambio Climático y Energía de Greenpeace España.

El informe de Greenpeace muestra por primera vez que, mientras las diez mayores eléctricas generan más de la mitad de la electricidad de la UE (58%), solo el 4% proviene de fuentes renovables (excluyendo la hidráulica). A pesar de la bajada de la demanda, las eléctricas han añadido 85 GW de potencia basada en combustibles fósiles en los últimos diez años, el equivalente a todas las centrales térmicas de Alemania. Los analistas consideran que deberían cerrar unos 50 GW de potencia termoeléctrica fósil para 2017 si quieren mantener incluso su reducido nivel de beneficios de 2012.

El informe analiza el caso de España, donde las eléctricas han puesto en marcha 27 GW de centrales térmicas de gas entre 2002 y 2011, a pesar del crecimiento de las renovables y la reducción de la demanda por la crisis. También destaca el estudio el controvertido papel de Iberdrola, que a pesar de haber invertido en renovables más que la media de las eléctricas europeas, y de haberse beneficiado de ello tanto económicamente como en imagen corporativa, se ha convertido en los últimos años en enemigo de las renovables, liderando los ataques de las eléctricas a estas tecnologías, primero en España y luego en Europa.

Al haber perdido el tren de la revolución renovable, las eléctricas están tratando ahora de hacerlo descarrilar, presionando a los gobiernos para que den marcha atrás. En el debate crucial sobre la política europea de clima y energía para 2030 que está teniendo lugar ahora mismo, las eléctricas se oponen a los objetivos de aumentar la proporción de energías renovables y reducir el consumo de energía.

Las grandes eléctricas no tienen más alternativa que rediseñar sus estrategias, y los gobiernos tienen la responsabilidad de mandar señales claras para guiarlas hacia nuevos modelos de negocio económica y ambientalmente sostenibles. Para ello deberían acordar tres objetivos obligatorios que la UE debe alcanzar para 2030: aumentar la proporción de renovables al 45%, reducir las emisiones de CO2 en al menos un 55% y mejorar la eficiencia energética en un 40%. Sin embargo, la propuesta de la Comisión incluye objetivos muy débiles, como un 27% de renovables para el conjunto de la UE, sin fijar objetivos por países.

" Un objetivo de emisiones sin objetivos de renovables y de eficiencia es como una bicicleta sin pedales: se moverá, pero no llegará muy lejos. La mitad de la reducción de emisiones que ha conseguido Europa es gracias a las renovables, así que los gobiernos tienen que forzar a las eléctricas a seguir el camino renovable, no ceder ante la incapacidad de estas compañías de adaptarse a los nuevos tiempos", ha declarado Marina Bevacqua, responsable de la campaña de Energía Limpia de Greenpeace España.

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