De manera inesperada, anonadado aún por la noticia, me llega la comunicación de que mi buen amigo y colega Juan José Plans había fallecido en el transcurso de la noche en su domicilio en Gijón. Tenía 70 años y una gran inquietud cultural que nunca le abandonó a lo largo de su vida. Durante nuestras extensas vidas profesionales relacionadas con los medios de comunicación corrimos muchas aventuras juntos lo que hizo que entre ambos fraguase una excelente amistad que hasta ayer mismo mantuvimos viva.
Plans era un gijonés inquieto y culto que comenzó haciendo sus pintos periodísticos allá por 1965 en La Voz de Asturias como corresponsal en Gijón siendo yo encargado de la sección. No hace mucho le entregué una fotografía tomada en el acantilado de La Ñora en la que lo dos, irreconocibles por nuestra juventud, charlábamos con el director de cine Julio Coll que estaba rodando la película ”Jandro” con Arturo Fernández como protagonista y que al decir de los expertos era una versión apócrifa de la historia de la familia Felgueroso fundadora de mina de La Camocha.
Mi colega fue de los que pronto Asturias le quedó pequeña y pronto se fue para Madrid donde triunfó como escritor, guionista de Radio Nacional con sus estupendas historias terroríficas que te ponían los pelos de punta al escucharlas en la madrugada, y también como guionista de cine llegando incluso en aquellos tiempos del tardo franquismo a realizar alguna colaboración con la industria de cine norteamericana que por aquel entonces estaba descubriendo nuestros paisajes -¿Se acuerdan de los estudios Samuel Broston?- y nuestros bajos salarios. Juan José Plans retornó a Asturias donde fue fichado por la Caja de Ahorros como director de comunicación para después pasar a ser director del Centro Regional de Televisión Española, por aquellos años situado en los bajos del viejo estadio Carlos Tartiere, siendo presidente del Principado otros gijonés ilustre, Pedro de Silva. Estando yo de director de comunicación en la Universidad de Oviedo Juan José Plans me brindó la posibilidad de realizar en vivo y en directo, sin censura previa alguna, un comentario diario de tres minutos en TVE a nivel regional lo que desarrollé durante unos cuantos años considerándome, sin darme mayor pisto, el primer periodista al que en la televisión pública estatal, aunque fuera a nivel autonómico, se le permitió hablar de lo divino y de lo humano, más bien de esto que de aquello, cual telepredicador local. Luego la moda se extendió por los demás centros regionales. Otra coincidencia periodística con Plans fue colaborar con un artículo diario en la edición asturiana del digital “Estrella Digital” cuya responsabilidad para el Principado era de él. Siempre confió en mi modesta capacidad como periodista y estoy convencido de que jamás le defraudé. Con el paso del tiempo le embarqué en un proyecto de mi hijo Oscar Luis consistente en un dvd con historias de terror en el que Juan José Plans recitaba con su tenebrosa voz historias por él elaboradas con música compuesta por Oscar Luis en el ordenador y que tuvo un gran éxito. De vez en cuando nos reuníamos a la sombra de El Molinón unas veces y de la Catedral otras no solo recordando tiempos sino también cambiando impresiones sobre nuestra querida Asturias y sus medios de comunicación. Me alegré mucho cuando hace unos meses fue nombrado presidente del Foro Jovellanos, insigne asturiano al que admiraba mucho y sobre el que escribió en numerosas ocasiones.
De manera inesperada Plans, el Edgar Allan Poe asturiano, se nos ha ido para siempre. La cultura asturiana pierde un puntal y yo un buen amigo. Descansa en paz.