Un estudio en torno a la sexualidad, desde la perspectiva histórica y antropológica, ofrece el antropólogo físico Xabier Lizarraga Cruchaga en el libro Semánticas homosexuales, reflexiones desde la antropología del comportamiento, editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.
El propósito —señala el especialista del INAH— es analizar la multitud de espectros, convenciones y prejuicios que hay alrededor de la sexualidad, y que intentan contenerla, sesgarla y condensarla. En este sentido, a través de su ensayo busca aprehender y comprender las semánticas homosexuales, pensadas como universos de significación en el ámbito lingüístico, social, histórico y político.
Además de abordar la problemática del deseo homosexual y de la homofobia, el investigador ofrece en el volumen una visión panorámica de la historia del movimiento lésbico gay bisexual y transexual (LGBT), al tiempo que plantea algunas reflexiones sobre el llamado “clóset” y sus alcances.
Asimismo, emprende los estereotipos y las caricaturas que se hacen, pues también son manifestaciones de las semánticas que subyacen y sobrevuelan en el vivir cotidiano, y terminan siendo comportamientos sexualizados de las dinámicas de convivencia (de pareja, familiar o social), y forman parte importante de la compleja red de significaciones y emociones que inciden en la manera de tratar lo sexual, de vivirlo y sentirlo, incluso de pretender entenderlo.
El autor indica que si bien no es poca la tentación de romper y tirar a la basura las etiquetas, éstas también han echado raíces y en nuestro ahora-aquí son parte de la misma sexualidad. “Por ello, en este investigar-reflexionar, tanto las denominaciones como las etiquetas y los motes importan, y no deben ser silenciados ni ignorados”.
Xabier Lizarraga comenta que una herramienta importante en la investigación ha sido el testimonio de los sujetos sexoeróticos: sus voces, recuerdos, reflexiones y opiniones, lo que aunado a la observación da acceso a una aproximación sensible al conocimiento, no sólo del fenómeno sexo-comportamental sino de los procesos del vivir sexoerótico y social, emocional… con frecuencia oculto entre las ideas y los miedos.
El especialista expresa que, más que decir cómo son, pretende conocer cómo se significan, cómo se viven a sí mismos y entre ellos, qué puertas abren o cierran. “Trabajo interminable, sin duda, que sólo podrá quedar en esbozo tentativo por más que se analice”.
En el capítulo Eros, misos y fobos, se abordan dos problemáticas: los sujetos del deseo y los circuitos y las resonancias de la homofobia, así como una revisión que parte del movimiento sodomita decimonónico al activismo cibernético.
En El clóset: institución heterosexual, plantea el debate sobre sus significados y repercusiones, y se discute la propuesta de aquellos que lo defienden y proclaman como un derecho.
El volumen concluye con un posludio que alude al rompimiento vivencial y afectivo del homosexual en el ámbito heterocentralizado en que vivimos, y debate sobre las numerosas semánticas del cuerpo, del placer, del deseo y de las denominaciones del soy, del eres y del son sexoeróticos, que derivan en vivencias plurales, algunas liberadoras, pero muchas también lacerantes, demoledoras, que se prestan al juego de la manipulación no sólo ideológica, sino también afectiva, familiar y de pareja.