La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria que padecen principalmente los perros, sin embargo, en los países empobrecidos afecta a más de 12 millones de personas, de las cuales más de 70.000 fallecen cada año. Investigadores del Grupo LeishmanCeres, de la Universidad de Extremadura, han desarrollado un nuevo método para detectar esta dolencia en animales basado en una sola muestra de pelo y un único análisis, lo que ahorra costes, tiempo y personal sanitario.
El grupo de investigación LeishmanCeres de la Universidad de Extremadura (UEx) lleva 25 años dedicándose al estudio de detección y análisis de la leishmaniosis. Esta enfermedad parasitaria afecta a 12 millones de personas al año –la mayoría en países empobrecidos– de las cuales 70.000 fallecen.
Los principales afectados por esta patología son los perros, en los que también puede resultar letal. Sin embargo, también se ha detectado en animales salvajes que pueden actuar como portadores.
Los científicos de la UEx han realizado un estudio, que publica la revista Acta Tropica, en el que describen una nueva técnica que detecta la dolencia en el pelo de mamíferos silvestres, a través de una sola muestra de pelaje y un único análisis denominado qPCR.
La nueva técnica detecta la dolencia en el pelo de mamíferos silvestres, a través de una sola muestra de pelaje y un único análisis denominado qPCR
“Este nuevo método supone un notable ahorro de dinero, tiempo y personal sobre los actuales métodos combinados de diagnóstico”, declara a SINC Rubén Muñoz Madrid, autor principal del estudio.
Las técnicas de diagnóstico habituales para la detección de leishmaniosis en animales salvajes, combinan siempre varios métodos muy costosos para conseguir una mayor sensibilidad y fiabilidad de resultados.
“Por un lado técnicas parasitológicas como la observación microscópica del parásito o la amplificación de su ADN que utilizan muestras de tejidos –sangre muy poco sensible, hígado, bazo o médula ósea– y por otro, métodos inmunológicos para la detección de anticuerpos específicos en sangre mediante inmunofluorescencia indirecta (IFI) o inmunoenzimática ELISA”, atestigua el investigador.
El zorro, uno de los principales portadores en Europa
Los estudios epidemiológicos realizados en Europa sobre leishmaniosis (Francia, Portugal y España) confirman al zorro (Vulpes vulpes) como unos de los reservorios silvestres más importantes de la enfermedad. Los porcentajes de prevalencia son muy variables –pero elevados– oscilando entre el 5% y el 75%, según autores.
El pelo de diferentes especies de mamíferos se comporta como un tejido especializado en el secuestro y eliminación del ADN de estos parásitos
Por su parte, el lobo (Canis lupus) se comporta como un reservorio silvestre mucho menos importante por su escasa prevalencia (0-5%). “Zorros y distintas especies de roedores según hábitats sí son los responsables del mantenimiento de la leishmaniosis silvestre”, añade el experto.
Todavía resulta prematuro para los científicos saber el alcance de este nuevo método basado en el pelaje, ya que solo han podido comprobar la presencia de ADN parasitario en el pelo de perros, de animales silvestres y ratón de laboratorio infectados con la especie Leishmania major, causante de la leishmaniosis cutánea humana en Europa, Asia, África.
“Creemos que estos resultados son suficientes para demostrar que el pelo de diferentes especies de mamíferos se comporta como un tejido especializado en el secuestro y eliminación del ADN de estos parásitos (L. infantum y L. major)”, concluye.
Por tales motivos estas investigaciones descubren también un nuevo mecanismo fisiológico –hasta ahora desconocido para el pelo– de depuración y eliminación de sustancias tóxicas tal y como son el ADN de estos y probablemente de otros muchos patógenos.
Menos doloroso para los animales
Permite obtener, almacenar y transportar las muestras de pelo de forma más sencilla y no es nada cruento para los animales
Hasta el momento, en los mamíferos salvajes en libertad o en los de zoológicos, la leishmaniosis es diagnosticada a partir muestras biológicas. Su obtención supone un grave estrés para los animales, además de unas condiciones especiales de almacenamiento y transporte.
Para tomar muestras de sangre, piel o médula ósea en animales vivos hay que capturarlos y someterlos a sedación o anestesia. En el caso de cadáveres, el análisis se complica ya que la lisis y putrefacción del organismo impide la detección de la infección parasitaria.
“El nuevo método permite obtener, almacenar y transportar las muestras de pelo de forma más sencilla y no es nada cruento para los animales. Su estabilidad permite un almacenamiento y transporte a temperatura ambiente”, asegura el científico.
Un parásito que se incorpora al ADN del pelo
Este mismo equipo de investigación publicaba en la revista Veterinary Parasitology (2012) un estudio pionero que demostraba la existencia de ADN extraño (extracorpóreo) acumulado en el pelo de perros afectados de leishmaniosis visceral.
En este artículo se describía el desarrollo de un nuevo sistema de diagnóstico y los posibles mecanismos de incorporación del ADN mitocondrial del parásito Leishmania infantum al pelo de los pacientes infectados.
Por ser la leishmaniosis (visceral, cutánea y mucocutánea) una enfermedad en la que los animales –silvestres y domésticos– son responsables de la existencia de leishmaniosis humana, este método de diagnóstico (denominado PCR cuantitativo) aplicado a las muestras de pelo, facilitará el conocimiento de los animales silvestres que participan en los ciclos salvajes y rurales de las leishmaniosis en el Viejo Mundo (Europa, Asia, África) y el Nuevo Mundo (América), apunta Muñoz.