La incidencia de estas patologías es mayor en la mujer que en el hombre y en el medio rural respecto al urbano
La Consejería de Sanidad y el Servicio de Salud están trabajando en la puesta en marcha de una estrategia de atención al 32,1% de la población asturiana afectada por un problema de salud crónico o de larga duración. La III Encuesta de Salud para Asturias elaborada en 2012 pone de manifiesto que entre los problemas crónicos que la población declara con más frecuencia están los dolores de espalda de tipo cervical o lumbar, la artrosis, la tensión alta, el colesterol, las migrañas y cefaleas y problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión, todas ellas con una incidencia mayor que en la última encuesta realizada en 2008.
La atención a las personas con enfermedades crónicas es un reto para los servicios de salud, ya que el envejecimiento de la población y los procesos crónicos consumen la mayor parte de los recursos sanitarios en Asturias. En este escenario, se trata de promover modelos de gestión de enfermedades crónicas, teniendo en cuenta que el paradigma está constituido por pacientes con múltiples enfermedades y necesidades sanitarias y sociales.
Por sexos, existe una diferencia de género estadísticamente significativa en patologías como la osteoporosis, el estreñimiento crónico, la depresión, las varices, la ansiedad, la artrosis, las migrañas, los problemas de la piel, las hemorroides y los dolores de espalda cervicales y lumbares. La frecuencia de todas las enfermedades aumenta con la edad, mientras que en las personas jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 29 son más comunes el asma, la alergia crónica, las migrañas y los dolores de cabeza.
La Encuesta de Salud refleja los condicionantes del entorno en la salud, de modo que la población que reside en el área urbana declara, con carácter general, prevalencias de morbilidad crónica inferiores a las personas que viven en el medio rural y las cuencas mineras. La ansiedad y la depresión no presentan diferencias importantes según el lugar de referencia y solo los problemas mentales son más prevalentes en personas que residen en ciudades.
Atendiendo a la clase social, se observa que las frecuencias de enfermedades osteomusculares, bronquitis crónica, asma y varices son más altas en el grupo de población más desfavorecida, mientras que en la clase alta predominan las alergias crónicas y la úlcera de estómago.
La ordenación y elaboración de las estrategias de salud y atención a la población con enfermedad crónica en Asturias tiene dos grandes líneas primordiales: mejorar la salud de la población asturiana y sus determinantes y aspirar a ser una forma de organizar la prestación de la atención sanitaria en nuestra comunidad autónoma. Para ello se apostará por la atención clínica integrada como forma de explorar por medio de experiencias piloto nuevas formas de trabajo y organización de los proveedores de asistencia sanitaria, integrando la asistencia primaria y la especializada.
Para ello, a corto plazo se implementará una Estrategia de Cronicidad en Asturias, que contemple las líneas definidas para abordar la cronicidad en el Sistema Nacional de Salud y que se sintetizan en:
1. Promoción de la salud.
2. Prevención de las condiciones de salud y limitaciones de carácter crónico.
3. Continuidad asistencial.
4. Reorientación de la atención sanitaria.
5. Equidad en salud e igualdad de trato.
6. Investigación e innovación.
Con estas acciones, parte de ellas en marcha, el Servicio de Salud conseguirá agilizar un diagnóstico precoz, cuando este mejore el pronóstico; ofertar apoyo psicosocial, de rehabilitación y de mantenimiento funcional que mejoren la supervivencia y la calidad de vida; mejoras en la accesibilidad de los servicios que permitan mayores grados de autonomía y atención integral y multiprofesional desde todos los ámbitos de la red sanitaria
Foto. Ignacio Donate, responsable del estudio, Elvira Muslera, responsable del servicio de coordinación asistencial y de cuidados del Sespa, y Julio Bruno.