Jefe de Estado llamó a la “reflexión” para dejar atrás la “intransigencia” y aseguró que “los tiempos de las marchas y las protestas ya cumplieron su rol, el mensaje ya está puesto en el corazón de la sociedad chilena. Hoy día tenemos que pasar del diagnóstico a las soluciones y de la protesta a la acción”.

Un especial llamado realizó este mediodía el Presidente de la República, Sebastián Piñera, al convocar a todos los chilenos a un “gran acuerdo nacional” para mejorar la calidad y el acceso a la educación entre todos.

El Mandatario propuso al país constituir “una gran alianza, un gran acuerdo nacional, que tiene que comprometer, en primer lugar, a los propios estudiantes en la sala de clases, a los profesores en las aulas, a los directores en las instituciones, a los alcaldes en las comunas, a los parlamentarios en el Congreso, a los padres y apoderados en sus hogares y, por cierto, al Gobierno y a este Presidente en La Moneda”.

En esa línea, justificó su llamado, asegurando que “sólo unidos vamos a poder darle a nuestros niños y jóvenes la educación de calidad que sin duda necesitan y merecen”.

Para lograr este objetivo, pidió “a todos los chilenos que por un momento hagamos una reflexión profunda, que dejemos atrás la intransigencia, las descalificaciones y que nos demos cuenta que el desafío de la educación en Chile nos pertenece a todos”.

El Jefe de Estado indicó que es tiempo de buscar soluciones en esta materia y que para ello hay que pasar a una nueva fase en la discusión. “Los tiempos de las marchas y las protestas ya cumplieron su rol, el mensaje ya está puesto en el corazón de la sociedad chilena. Hoy día tenemos que pasar del diagnóstico a las soluciones, de la protesta a la acción. Y por eso, en los próximos días tendremos un gran desafío, que es canalizar esta fuerza en forma fecunda y fructífera”, señaló.

En esa línea, adelantó que este acuerdo va a requerir de “cambios muy importantes en nuestro sistema educacional, cambios a nivel de la Constitución, para garantizar la calidad de la educación de todos nuestros niños y jóvenes, cambios en la institucionalidad de nuestro sistema educacional, aumentar la cantidad de recursos que se asignan a la educación de nuestros niños y mejorar la gestión en todos los niveles”.

La “reconstrucción adquiere plenitud” con la recuperación del patrimonio

El Presidente realizó el llamado a este gran acuerdo nacional desde la localidad de Pelequén, en la comuna de Malloa de la región del Libertador Bernardo O´Higgins, hasta donde llegó para inaugurar las obras de restauración del Santuario de Santa Rosa de Pelequén.

Acompañado de su esposa, Cecilia Morel, del ministro de Cultura, Luciano Cruz–Coke, y autoridades políticas y religiosas, el Jefe de Estado destacó la importancia de esta obra. “Hoy día, el significado de la reconstrucción adquiere su plenitud cuando estamos reconstruyendo también el patrimonio religioso, histórico y cultural de nuestro país. Porque un pueblo sin historia, es un pueblo sin memoria, pero un pueblo sin cultura, es un pueblo sin alma. Y por eso, lo que estamos celebrando hoy día tiene un profundo significado”, indicó ante medio millar de fieles que se dieron cita en el Santuario.

Además, enfatizó que la entrega del remozado templo a la comunidad “es algo muy simbólico, porque refleja la unión entre todos los chilenos. En la reconstrucción de este Santuario participó no solamente el Gobierno de Chile, también participó la sociedad civil y la Iglesia Católica, que hizo su aporte no solamente con la fuerza y la esperanza en la reconstrucción de este templo, sino que con esa voluntad y esa perseverancia que nos ha permitido hoy celebrar lo que estamos celebrando”.

Durante su visita, el Mandatario también develó la placa recordatoria que da cuenta de las obras en el Santuario que forma parte del patrimonio histórico de nuestro país y que cuenta con la imagen de Santa Rosa de Lima en su altar.

La ejecución de los trabajos se efectuó a raíz de los daños que sufrió con el terremoto del 27 de febrero de 2010, día en que colapsó toda la estructura del techo y que cayó en la explanada del templo, dejando en graves condiciones la edificación.

El proyecto de reconstrucción se realizó gracias al Programa de Reconstrucción Patrimonial, desarrollado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Este plan fue creado para enfrentar la devastación que dejó el 27F. El Consejo entregó más de 2.300 millones de pesos y los privados aportaron el otro 50 por ciento, que gestionaron a través de Fundaciones y Corporaciones usando la Ley de Donaciones Culturales como principal herramienta