Los países europeos están violando los derechos humanos de las personas que intentan cambiar su género legalmente; así lo afirma Amnistía Internacional en un informe que ha publicado hoy. En él, la organización explica con detalle que las personas transgénero están obligadas a someterse a invasivas intervenciones quirúrgicas, esterilización, terapia hormonal y evaluaciones psiquiátricas para poder cambiar su situación jurídica.
“Hay personas transgénero que obviamente desean acceder a algunos de los tratamientos médicos disponibles, pero otras no. Lo que no pueden hacer los Estados es imponer a las personas transgénero una u otra elección, al hacer que el reconocimiento legal del género dependa de una intervención quirúrgica, de un tratamiento hormonal o de una esterilización”, ha afirmado Marco Perolini, experto en discriminación de Amnistía Internacional.
“Muchas personas transgénero deben superar enormes dificultades para tener la identidad de género que les corresponde, y los problemas suelen complicarse debido a la discriminación manifiesta del Estado.”
El informe de Amnistía Internacional The state decides who I am: lack of legal recognition for transgender people in Europe se centra en siete países europeos. Pone de relieve que los procedimientos para obtener el reconocimiento legal de la identidad de género vulneran derechos humanos fundamentales en Dinamarca, Finlandia, Francia, Noruega, Bélgica y Alemania. Y que en Irlanda no existe ningún procedimiento, aunque se prevé nueva legislación al efecto.
Se calcula que en la Unión Europea puede haber hasta un total de 1,5 millones de personas transgénero.
En muchos Estados se imponen condiciones estrictas a quienes pretenden cambiar de género legalmente. Las personas transgénero sólo pueden conseguir el reconocimiento legal de su identidad de género si son diagnosticadas de trastorno mental, aceptan someterse a procedimientos médicos como tratamientos hormonales y intervenciones quirúrgicas que causan esterilidad irreversible, y demuestran que están solteras. El proceso completo puede durar años.
“Los Estados deben garantizar que las personas transgénero pueden obtener el reconocimiento legal de su identidad de género mediante un procedimiento rápido, accesible y transparente, de acuerdo con su propia percepción de su identidad de género, y al mismo tiempo preservar su derecho a la intimidad y no imponerles requisitos que vulneran sus derechos humanos”, ha dicho Marco Perolini.
“Estas personas se debaten en un odioso dilema: o aceptan ser sometidas a múltiples trámites y medidas degradantes a requerimiento del Estado, o se ven obligadas a seguir viviendo en un género basado en el sexo que les fue asignado al nacer, aunque no se corresponda con su apariencia y su identidad.”
En Irlanda todavía no existen procedimientos que permitan a las personas cambiar de identidad de género. Victoria, mujer transgénero que vive en Dublín (Irlanda) contó lo siguiente a Amnistía Internacional: “El reconocimiento legal del género es importante porque, de una vez por todas, ya no tendría que batallar con la gente [por cualquier cosa] a la que tengo derecho, como a las prestaciones sociales. Quiero ser reconocida de una puñetera vez como lo que soy. Es absurdo que el Estado no me reconozca como la persona que soy”.
El reconocimiento legal de la identidad de género es fundamental para el disfrute de los derechos humanos por parte de las personas transgénero. Estas personas corren el riesgo de ser discriminadas cada vez que han de presentar documentos en los que se menciona un nombre o una información relativa a su género que no se corresponde con su identidad y expresión de género.
FOTO: Se calcula que en la Unión Europea puede haber hasta un total de 1,5 millones de personas transgénero. © Alison McDonnell