Texto y fotos: Luis Astudillo / Andes

En el nuevo aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, situado en el sector de Tababela, se ha implementado un novedoso método para ahuyentar aves rapaces que pudieran poner en riesgo las operaciones aéreas.

Se trata de la cetrería y Ruth Muñiz, bióloga española, destacada especialista en aves rapaces y directora de Faunaeuts, es la encargada de dirigir el programa. 

Cuatro águilas Harris y dos halcones Sacre tienen como prioridad mantener alejadas a varias especies de aves que habitan la zona de seguridad del aeropuerto, para que el despegue y el aterrizaje de las aeronaves sea segura y no exista problemas de colisiones.

Estas rapaces se encargan de establecer el territorio de un predador con vuelos disuasivos para que aves como palomas, tordos y gorriones se alejen de la pista. Las rapaces vigilantes fueron traídas desde Alemania.

Las aves al chocar con los aviones pueden causar graves daños, los aeropuertos más modernos del mundo han visto en esta técnica una forma efectiva de ahuyentarlas aves sin causar daños al medio ambiente como lo explica Hugo Mejía, jefe de tránsito de la Dirección de Aviación Civil.

El halcón sacre puede alcanzar una velocidad de 300 km por hora en picada y el águila Harris efectúa vuelos rasantes. Estas dos especies más dos perros, un border collie y otro labrador, de la mano de Ruth Muñiz y Andrés Gutiérrez, forman un equipo que tienen la tarea llevar a cabo el patrullaje en las inmediaciones del aeropuerto Mariscal Sucre y evitar que exista encuentros entre las aves de 'acero' con las del lugar.

 

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