Kinshasa (Agecia Fides) - Se han planteado sombras inquietantes sobre la muerte del coronel Mamadou Ndala, comandante de la Brigada de la URR (Unidad de Reacción Rápida) asesinado el 2 de enero, en una emboscada en Ngadi (Matembo), un pueblo cerca del aeropuerto de Mavivi, a cinco kilómetros de la ciudad de Beni (Kivu del Norte).
El Coronel Ndala era considerado como el que llevó al ejército congoleño a derrotar a la guerrilla del M23, que durante años aterrorizó Kivu del Norte.
En la prensa congoleña ha surgido una fuerte sospecha de que la emboscada que costó la vida al oficial, y que el gobierno ha atribuido a los rebeldes ugandeses del ADF-NALU, fue en realidad el resultado de una disputa interna del propio ejército, o por obra de infiltrados del M23 en las filas de los militares.
“Si Mamadou N'Dala, considerado por el pueblo como el héroe que liberó Kivu del Norte de la ocupación ruandesa a través del M23, ha sido un patriota capaz de demostrar que la República Democrática del Congo puede aspirar a la creación de un verdadero ejército republicano si existe la voluntad política de hacerlo, su asesinato, si se confirma la sospecha de responsabilidades internas del gobierno, demostraría que aún está lejos de la resurrección de las FARDC (Fuerzas Armadas congoleñas) y que los problemas internos del ejército siguen sin resolverse”, dice una nota enviada a la Agencia Fides por la Red Paz para el Congo.
“Para superar las muchas inconsistencias, complicidad y traición, será necesario abandonar definitivamente el camino de la integración colectiva, en el ejército regular, de los miembros desmovilizados de los grupos armados, sean cuales sean, y optar por un reclutamiento de personal nuevo, voluntario y profesional y de acuerdo con los criterios establecidos por la ley”, dice la nota, que espera que se haga justicia al oficial asesinado, así como a todas las víctimas de la guerra en Kivu (

FOTO: Atentado contra un vehículo de las Forces Armées de la République Démocratique du Congo (FARDC