El ala pívot holandés Kevin van Wijk ve a Quesos Cerrato Palencia, colíder de la categoría, como un rival difícil pero asequible: “tienen jugadores con mucha experiencia y son muy buenos tanto en el juego interior como exterior y más contando con gente con gran protagonismo como Urko Otegui, pero en esta categoría no hay ningún equipo invencible”.
Para Kevin la afición tendrá un peso crucial: “en casa la gente nos apoya y nos da energía, algo fundamental para que el equipo se vuelque porque en Pumarín somos más de 1000 personas contra cinco”.
Las lesiones están mermando el juego interior del Unión Financiera Baloncesto Oviedo: “a pesar de las bajas tenemos que seguir trabajando e intentar adaptarnos al rol que nos toca y ganar de todas formas”. En los dos últimos partidos Kevin van Wijk está siendo el referente del equipo jugando los cuarenta minutos, aunque el holandés le resta importancia: “hago lo que el equipo necesita y si tengo que jugar cinco minutos los juego igual, en cada minuto intento mejorar nuestro rendimiento y el hecho de estar ahora mismo solo con dos postes nos obliga a sacar lo mejor posible de nosotros mismos”.
El conjunto asturiano tiene que rehacerse de la última derrota: “el último partido nos dejó un sabor amargo aunque debemos aprovecharlo para mejorar nuestros puntos débiles y trabajar con más ganas”. El esfuerzo de todos servirá para lograr el objetivo de la permanencia: “la temporada está siendo muy buena, ya que estamos sextos en una liga en la que no teníamos experiencia y se debe al trabajo de todo el club, todos conocemos nuestro rol en el equipo y es importante seguir así para mantener el ritmo”.